Fotomontaje de Mònica Sales, Toni Castellà y Salvador Vergés

Fotomontaje de Mònica Sales, Toni Castellà y Salvador Vergés Crónica Global

Política

Waterloo prepara el relevo de Batet como líder del grupo parlamentario

Junts dará más protagonismo a diputados como Salvador Vergés, Mònica Sales o Toni Castellà de cara al próximo curso político

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La actividad ha vuelto al despacho oval de Waterloo tras un verano discreto. Y lo ha hecho sin defraudar a sus fieles, con amenazas dirigidas a Moncloa desde el principio del curso político y con una nueva estrategia para revertir las malas encuestas que pasará por ir diluyendo poco a poco el liderazgo de Albert Batet, a quien buscan acomodo en el sector privado desde hace meses.

Ya en febrero se produjo una reunión tras la que muchos de sus compañeros entendieron que el actual presidente de Junts en el Parlament cambiaba de aires, pero la operación acabó frustrándose y Batet decidió seguir hasta nueva orden, aun sabiendo que Puigdemont le considera políticamente amortizado.

Desde el entorno de la formación nacionalista aseguran que, si bien no se esperan movimientos en los próximos meses, al diputado le atrae recalar en el sector privado madrileño, un ecosistema al que se habría aproximado recientemente. La empresa familiar, del sector cárnico, sería otra opción. Por ahora, Junts está conforme con ganar tiempo. 

Sales, Castellà y Vergés

El plan de los posconvergentes pasa, pues, por descargar los distintos flancos de oposición al Govern de Salvador Illa en diputados como Mònica Sales, también portavoz y vicepresidenta del partido; Toni Castellà, de talante más conservador y muy próximo a Puigdemont; o Salvador Vergés, cabeza de lista por Girona el pasado 12M y con un discurso íntegramente independentista. 

Son tres perfiles distintos pero bien valorados en Waterloo que asumirán más protagonismo mientras se van tomando decisiones, todas supeditadas al regreso de Puigdemont y a sabiendas de que la ausencia de un líder de la oposición reconocible debilita al partido, que en menos de dos años medirá fuerzas con Aliança Catalana en unas municipales que podrían resultar catastróficas.

Sin líder en Barcelona

El candidato al ayuntamiento de la capital catalana es otro melón que Puigdemont está obligado a abrir este mismo septiembre, en el que un giro de guion también podría llevar a Junts a retirar su apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez por improbable que parezca. En un principio, la decisión sobre Barcelona debería estar tomada para la Mercè, pero siguen las dudas.

La predilección del expresidente de la Generalitat por perfiles dóciles apunta a Josep Rius, vicepresidente del partido, diputado y concejal, pero no convence desde el punto de vista electoral. Han sonado muchos nombres en los últimos meses y volverán a hacerlo cuando arranque un otoño que se las promete movido en Waterloo, con el regreso del líder de Junts también en el aire.

El regreso de Puigdemont

Lo que termine sucediendo en el seno del grupo parlamentario, que por ahora encarará el nuevo curso político en pruebas, dependerá de la capacidad de Puigdemont de volver a Cataluña, un asunto que sigue en manos de la justicia europea. Los más optimistas apuntan que antes de Navidad podrá ocupar su escaño en el Parlament, mientras otros aseguran que es absolutamente imposible.

Que él quiera asumir ese rol es una incógnita, pues también contempla dar un paso al lado cuando se haga efectiva la amnistía. Sólo unos pocos lo saben pero, mientras se lo piensa --y lleva así unos años--, en el partido reina el caos. Una incertidumbre que pasa factura y que ahonda en la falta de credibilidad del antaño buque insignia del independentismo.