ERC empuja a Rufián a montar su "coalición periférica" en solitario
ERC deja solo a Rufián con su 'coalición periférica' de izquierdas
Los republicanos descartan una ecuación electoral que incluya a Podemos
Los de Ione Belalrra ya trabajan para desintegrar a Sumar de la mano del nacionalismo radical vasco y gallego
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No está siendo un verano tranquilo a la izquierda del PSOE, un espacio hasta hace poco embutido en la desgastada marca de Sumar que, por lo que pueda pasar, ya busca nuevas fórmulas con la idea de "contener el auge de la ultraderecha" en las próximas elecciones generales.
La coalición de Yolanda Díaz es un polvorín a la baja en las encuestas y con enemigos internos –y especialmente externos– que llevan meses cocinando una sublevación. Un golpe, tan ambicioso como complejo, llamado a resucitar a un electorado alicaído, decepcionado con el progresismo light de la vicepresidenta del Gobierno y por ahora huérfano, más allá del runrún que siempre genera Podemos, de una candidatura "verdaderamente plurinacional" y desacomplejadamente ultra.
El inesperado ideólogo de esta propuesta, y no se esconde, es Gabriel Rufián. Sin consultarlo con su partido, el diputado de ERC en el Congreso maniobra principalmente con Bildu y BNG para articular una "coalición periférica" de estas características. Muy agresiva con el futuro Ejecutivo PP-Vox que, auguran, se avecina; y, esta vez, sin epicentro en Madrid. Un frente popular multisede donde sean los comunistas moderados quienes se tengan que amoldar y no al revés.
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar
ERC descarta una coalición con Podemos
En virtud de una excelente relación personal y política, Rufián habría invitado a la fiesta también a Ione Belarra e Irene Montero; y lo que en la Meseta puede sorprender por el independentismo del líder republicano, en Cataluña no extraña tanto ante la podemización que advierten desde hace años en el diputado, mucho más valorado allí que aquí y cada vez más lejos de la calle Calàbria.
Los morados están por la labor mientras recuperen el protagonismo perdido y se consiga acorralar a Díaz, a quien las exministras de Igualdad y Derechos Sociales se la tienen jurada. ERC, que sin embargo apuesta por compartir listas con la izquierda independentista gallega y vasca en las europeas, no lo ve claro.
Y si Podemos entra en la ecuación, la negativa pasa a ser rotunda. Sus votantes, apuntan, no lo comprenderían; y "estéticamente se pondría en duda el principal objetivo", algo a lo que también se enfrentarían BNG y Bildu aunque sus reticencias son, por ahora, menores.
La relación entre Rufián y Oriol Junqueras, por otra parte, se ha enfriado. La cúpula republicana admite que su representante en las Cortes hace y deshace "por libre" y hay quien ya no descarta una fuga tras casi una década en el partido. Si ERC no le acompaña, como parece, el diputado medita encarar solo su propio proyecto, que considera "imprescindible" de cara al próximo ciclo electoral.
Los Comuns y la CUP
Pese a que el escenario aún es lejano, las partes ya sondean a sus potenciales socios, dentro y fuera de Sumar. Los nacionalistas baleares y valencianos –Més y Compromís– tendrían sectores dispuestos a escuchar las propuestas, y en menor medida también los regionalistas de la CHA o Adelante Andalucía. Entenderse con Izquierda Unida, Más Madrid o el propio Partido Comunista, mucho más cómodos en la coalición rosa actual, será mucho más difícil.
En clave catalana, donde Podem es residual a la izquierda del PSC y los Comuns copan el espacio no independentista, un acuerdo con Jaume Asens, Ernest Urtasun y compañía también se juzga inviable hoy por hoy. De hecho, podrían ser el último bastión de Sumar si la vicepresidenta cambia de parecer y vuelve a presentarse como candidata, abocando a las izquierdas a la fragmentación de voto y entrando en un hipotético cuerpeo directo con Montero en Madrid y con Rufián en Barcelona.
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun Europa Press
Entre el independentismo, finalmente, la sorpresa podría ser la CUP. Sus bases, muy influyentes en el seno de la formación, han rechazado siempre cualquier acuerdo no íntegramente catalán, pero el liderazgo que asumirá en el Parlament Laure Vega tras la dimisión de Laia Estrada podría sacudir el tablero en este sentido. Es improbable, pero no descartable si el programa político coincide en cuerpo y alma con los postulados de la izquierda más radical con representación política en España.
El derecho a decidir, clave
Para que el proyecto prospere, señalan las fuentes consultadas, la agenda independentista que comparten Bildu, BNG, CUP o ERC –se sumen estos dos últimos o no a los planes de Rufián–, debe ser una de las prioridades. Todas estas formaciones, junto a Sumar, coinciden en una jefatura de Estado republicana, pero el derecho a decidir que Podemos defendió en su día ha sido olvidado por el espacio a la izquierda del PSOE impulsado desde Madrid, diferenciándose así del de la periferia.
Más allá del programa que se acabe acordando si es que esto sucede, pues por ahora solo hay una idea pero pocas concreciones más allá de la firme voluntad de Rufián –que intentará convencer a ERC–, amplios sectores de Bildu y BNG a favor, y un Podemos que se frota las manos, esta coalición antifascista será también autodeterminista o soberanista. Hay muchas maneras de llamarlo, pero una única realidad. Un plan para romper España desde dentro mediante una única papeleta.