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Aliança Catalana irrumpió en el ayuntamiento de Ripoll como una fórmula más de la ultraderecha independentista que, mutando de siglas con los años, nunca había pasado de la anécdota.

Los discursos de Sílvia Orriols, una madre de familia al uso desencantada con los líderes del procés y abiertamente islamófoba, corrieron no obstante como la pólvora en una Cataluña resacosa; y con una campaña improvisada en dos semanas lograron, hace poco más de un año, dos diputados en el Parlament. La alcaldesa y otra por Lleida con las mismas pintas pero con menos tablas.

La fórmula siguió siendo entonces la misma, pero el escaparate, mucho mayor. Desde intelectuales neoliberales como Jordi Aragonès a promesas de perfil convergente como Oriol Gès fueron ganando peso en el seno de una formación en la que también se colaron frikis de todo tipo, muchos en busca de protagonismo tras foguearse en X y otros simplemente por la moda del orriolismo.

Según el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), hasta once diputados obtendría hoy la formación de la alcaldesa de Ripoll y compañía. Una explosión electoral que llegará y para la que Aliança trabaja desde hace tiempo aunque no sin hándicaps: se echan de menos perfiles más profesionales, sobran voces "gratuitamente discordantes" y su líder hoy en Barcelona, Jordi Amela, no convence.

Los 'frikis' de Barcelona

El ayuntamiento de la capital es la plaza más golosa para algunos raritos bien conocidos en la ciudad condal, y algunos no han tardado en llamar a la puerta a ver si cuela. Es el caso del polifacético Santiago Espot –bien considerado entre los ultras, pero no así en Ripoll– o del productor de cine Víctor Riverola, que se van juntos a patrullar el Raval como si el antiguo barrio chino fuera Torre Pacheco pero sin guadañas.

Otro de ellos es el abogado Toni Freixa, famoso por haber sido candidato a la presidencia del FC Barcelona. Tras antaño declararse contrario a la independencia ahora coquetea con los postulados de Aliança y no duda en halagar públicamente a Orriols, que descarta ofrecerle el puesto al también tertuliano ocasional de El Chiringuito y demás programas de entretenimiento.

No alquilan una sede en pleno Eixample ni se cuelan en el Círculo Ecuestre, aseguran, para convertir las elecciones municipales en un meme. Tienen intención de penetrar en Barcelona en los comicios de 2027, que si nada se tuerce serán los próximos, y la previsión es un resultado histórico, "imposible con candidatos así" en una ciudad en la que si no gustas en los barrios periféricos tienes que hacerlo en los garitos de moda o en los despachos. "Y ni una, ni las otras dos".

Purga interna

Mientras Vox consigue resultar atractivo entre los jóvenes, la testosterona que simpatiza con Aliança tiene unos años más. Hubo barra libre hasta hace unos meses para empezar a militar y adquirir más o menos responsabilidades en las distintas tareas de difusión del mensaje de Orriols, algo que ahora se pretende frenar. Desde dentro aseguran que la criba se ha vuelto mucho más exigente, incluso entre los que ya se han colado.

Hay algunos que van "demasiado" por libre, advierten. Uno de ellos, el tuitero Ramon Audet, ya se las tuvo con la dirección por osar proponer que la formación debería presentarse al Congreso de los Diputados, algo descartado rotundamente por la propia Orriols. Por otra parte, al activista Anthony Sànchez, posiblemente el friki más mediático, directamente se le está apartando poco a poco del núcleo duro del partido. Autoproclamado "azote del procesismo", el tipo asegura ser de izquierdas

El peculiar caso de Lleida 

Mientras la abogada Aurora Fornos lidera a la formación en Tarragona, en la provincia de Lleida se da la peculiaridad de que "no se encuentra a nadie decente", advierten. La actual diputada Rosa Maria Soberana no repetirá, y los simpatizantes ilerdenses van detrás de nombres como el de Marta Alòs o Antoni Gelonch para liderar la vacante mientras convocan a sus propios frikis a cursos de formación, los sábados, "a ver si suena la flauta" y alguno de ellos acaba sirviendo para "salvar Catalunya".