Publicada

El segundo barómetro anual del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) refleja lo que tanto en la calle como en los mentideros del Parlament es un secreto a voces: la ultraderecha independentista ha llegado para quedarse. Por los dos que tiene en la actualidad, Aliança Catalana se dispararía hasta los 11 escaños en la Cámara catalana; y pugnaría la quinta posición con Vox, que también crecería.

Su líder Sílvia Orriols, que ha hecho de su primera legislatura un escaparate para hacer correr sus discursos islamófobos como la pólvora, especialmente a través de X, se aprovecharía así de la debilidad que las encuestas intuyen en Junts. Los posconvergentes, pese a mantener la segunda posición tras el PSC y por delante de ERC, podrían perder hasta siete de sus 35 diputados actuales.

En pleno debate en el seno de la Mesa del Parlament para "combatir" los discursos de odio y silenciar a los 11 diputados actuales de Ignacio Garriga y los dos de la alcaldesa de Ripoll, tanto la extrema derecha independentista como la constitucionalista se impulsarían hasta el punto de sumar, entre las dos, 25 escaños. El 20% de la Cámara. Un dato que, de confirmarse, sería inédito.