El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante la sesión de control al Govern en el Parlament

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante la sesión de control al Govern en el Parlament DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

Política

El PP insiste en vincular a Illa con el 'caso Cerdán'

La sesión de control ha quedado marcada por los ataques al 'president' por el escándalo y su presunta relación con la misteriosa figura de Xi Li, la crítica de Junts a la actuación de los Mossos en Montserrat y el compromiso del Govern con una nueva financiación que, reiteran, será "singular"

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La propuesta del PP para negociar con Junts una moción de censura al Gobierno ha pasado de puntillas por la sesión de control de este martes en la Ciutadella, donde el Govern ha exhibido, pese a los intentos de la oposición de vincular a Illa con el caso Cerdán, una solidez parlamentaria que ya le gustaría a Sánchez.

El secreto, según ha admitido un hoy más intranquilo que de costumbre presidente de la Generalitat, es cumplir con sus socios; una obsesión desde su llegada a Palau que enfrenta su última fase –la financiación– antes de abordar los presupuestos de 2026. Todo controlado, aseguran, en la plaza Sant Jaume, ajena a la crispación que se ha adueñado del pleno, en cierta medida contagiada desde Madrid

La financiación singular, en camino

Si bien el nuevo modelo singular debía estar cerrado antes de verano, ERC autorizó al ejecutivo a tomarse el tiempo necesario para acabar de torear a María Jesús Montero, que como candidata a la Junta de Andalucía no termina de verlo claro.

El president ha reiterado en la Cámara que los republicanos no tienen de qué preocuparse pese a la desconfianza que muestran Junts y CUP, quizá temiendo que sea demasiado bonito para ser verdad y poniendo a Rodalies como ejemplo en el caso de los posconvergentes, con un Salvador Vergés fuera de sí mostrándole una tarjeta roja a la consellera Paneque y acusándola de "mentir" con el traspaso competencial.  

El president ha jugado la carta de la amnistía para apaciguar a los nacionalistas, instando nuevamente al Tribunal Supremo a "aplicar la ley" y arrancando tímidos aplausos en la bancada republicana, que más por compromiso que otra cosa han vuelto a poner el referéndum encima de la mesa como paso último para resolver el "conflicto político".

Los Comuns, por su parte, vivienda y más vivienda, pero también han recordado que se personarán como acusación popular en un caso Cerdán que nadie, salvo PP y Vox, cree que vaya a salpicar a Illa. 

Xi Li, de nuevo a escena

El líder de los populares Alejandro Fernández ha centrado su tiro en la misteriosa figura de Xi Li, presuntamente una mujer en busca y captura, que, aseguran, habría maniobrado con el entonces ministro para comprar mascarillas defectuosas por valor de 361 millones de euros.

Illa ha vuelto a negar la mayor, y tampoco ha dado detalles sobre la reunión de urgencia que mantuvo en Moncloa con Sánchez hace un par de semanas, tras estallar el escándalo de Koldo, Ábalos y compañía, que no constaba en la agenda de ninguno de los dos. 

"Los problemas de los socialistas no son los problemas de los catalanes", le ha reprochado Albert Batet, líder de Junts en la Cámara, sospechando que aquella ya lejana cumbre tenía más miga que el acuerdo por la gigafactoría de Móra d'Ebre, lo único que ha trascendido de la misma.

Illa, al respecto, se ha limitado a congratularse por la celeridad del PSOE en expulsar a su secretario de organización, recién ingresado en prisión, y el conseller Dalmau ha respondido a los populares preguntándose si en Génova saben ya quién es M. Rajoy. El "y tu más" del bipartidismo de toda la vida. 

Illa, al ataque contra Aliança y Vox

Seguramente preparado para lo que se las prometía un pleno complicado, el president no solo se ha revuelto contra Fernández –a quien ha reprochado "cometer una imprudencia grave" con sus "falsas acusaciones"– sino también, y ya es un clásico, con Sílvia Orriols.

La líder de Aliança Catalana ha preguntado por el coste del viaje a Budapest de una delegación del Parlament el pasado fin de semana, para apoyar a la comunidad LGTBI, asegurando que fueron "vacaciones pagadas". Illa, en respuesta, ha asegurado que a la alcaldesa de Ripoll le vendría bien "viajar un poco más", lo que ha enfurecido a la diputada, que no ha tardado en hacerse eco en redes.

Vox, por su parte, ha querido poner de manifiesto, con más sosiego de lo habitual, los malos resultados académicos conocidos en las últimas semanas, y el president, en esta línea, se ha limitado a recriminar a Ignacio Garriga que "su modelo educativo es el adoctrinamiento".

El portavoz de los Comuns David Cid ha vuelto a llamar "fachas" y "reaccionarios" a ambos mientras su partido, de la mano de ERC, PSC y Junts, maniobra esta semana para modificar el reglamento y castigar los "discursos de odio".

Parlón, contundente contra Junts por los Mossos en Montserrat

Junts, in crescendo durante la tarde, ha reprochado finalmente a la consellera Parlón la actuación de los Mossos d'Esquadra durante la visita del Rey Felipe VI a Montserrat. Han asegurado que fue un dispositivo "desproporcionado" contra los no más de un centenar de independentistas, entre ellos tres parlamentarios posconvergentes, que pretendían boicotear el acto.

Parlón ha defendido el trabajo de la policía y al monasterio benedictino, "que tiene derecho a invitar a la Corona en el milenario de su fundación", y ha reprochado la actitud del polémico diputado Francesc de Dalmases, que según la consellera intentó saltarse el cordón de seguridad.