
Artur Mas, durante su comparecencia en la comisión de la "operación Cataluña" en el Congreso, y la portada del informe "Catalangate" de Citizenlab de 2022
Puntos oscuros e incógnitas del presunto espionaje a Artur Mas con Pegasus
José Javier Olivas, autor de un informe crítico sobre el 'Catalangate’ de CitizenLab, cuestiona la credibilidad del laboratorio canadiense que analiza los móviles de dirigentes independentistas supuestamente infectados con ‘spyware’
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El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha vuelto esta semana a la primera plana política al hacer pública su intención de querellarse por la llamada “operación Cataluña”. Un anuncio pregonado justo después de trascender la supuesta existencia de un nuevo informe de CitizenLab -una entidad canadiense que asegura haber descubierto la infección con software espía de los móviles de decenas de dirigentes independentistas- centrado en la figura del exmandatario convergente.
En este documento desvelado el pasado lunes por RAC1, “inédito” según esta emisora catalana, y que CitizenLab no ha hecho público, este laboratorio dependiente de la Universidad de Toronto sostiene que el smartphone de Mas fue espiado con el software Pegasus en 32 ocasiones entre julio de 2015 y mayo de 2020 -coincidiendo, en teoría, con fechas claves del procés-. Lo cual le convertiría en la segunda persona del mundo en haber sido infectada con este spyware creado por la empresa israelí NSO, y “la primera víctima del Estado”, según dijo Artur Mas esta semana.
Estos ítems, que Mas utilizó coincidiendo con su intervención, ese mismo lunes, en la comisión del Congreso que investiga la “operación Cataluña”, son puestos en duda por el investigador, politólogo y profesor universitario de la UNED José Javier Olivas, autor en 2023 de un informe presentado en la Eurocámara en el cual cuestionaba la credibilidad, la falta de neutralidad y transparencia, y la metodología empleada por CitizenLab en su documento “Catalangate”, publicado un año antes. En el mismo, esta entidad sostenía que 65 dirigentes y activistas independentistas habían sido espiados con los spyware Pegasus y Candiru durante el procés, y se apuntaba una posible autoría de dicha vigilancia por parte del Estado.
“¿Por qué en 2022 no sabían las fechas de infección y ahora sí?”
En el caso del nuevo informe centrado en Mas, Olivas mantiene los mismos recelos. Consultado al respecto por Crónica Global, el investigador lamenta, para empezar, la opacidad de CitizenLab, que a día de hoy sigue sin dar a conocer dicho documento y sin pronunciarse o hacer alusión pública alguna acerca de su existencia. De la misma forma, el laboratorio canadiense tampoco ha respondido las preguntas que le ha formulado este medio vía correo electrónico esta semana.
De lo poco que ha trascendido a través de la filtración periodística a un medio de comunicación afín al nacionalismo catalán, a Olivas le “sorprenden” varias cuestiones. Así, recuerda que CitizenLab ya incluyó en 2022 a Mas en su lista del “Catalangate”, siendo uno más de los 65 mandatarios y activistas secesionistas supuestamente infectados con spyware. Sin embargo, en aquella ocasión, el laboratorio de la Universidad de Toronto admitió en sus páginas la “incapacidad de determinar fechas de infección específicas” en el móvil de Mas.

El nombre de Artur Mas, en la lista de Citizenlab de 65 supuestos espiados con Pegasus en 2022
“¿Cómo es posible que en 2024 o 2025 puedan certificar 32 infecciones, y las fechas y periodos de las mismas, si hace tres años no las pudieron identificar? ¿Por qué sale ahora?”, se pregunta.
Mas tenía los datos del nuevo informe el año pasado
En este sentido, Olivas recuerda, además, que Mas ya facilitó esos mismos datos en una entrevista concedida al programa El Matí de Catalunya Ràdio… el 26 de enero del año pasado. En la misma, el expresidente de la Generalitat aportaba, incluso, más detalles como, por ejemplo, que los espías le “chuparon 500 megas de información”.
En opinión del profesor universitario, “en un análisis forense, si en su momento no se encuentra algo, hacerlo luego resulta extraño. Se tiene que justificar una metodología, tener una cadena de custodia, hacer análisis físicos, vigilar que no se hayan manipulado pruebas…” Requisitos que, según sostiene, no se dan en el caso del "Catalangate", pues tampoco se han constado, hasta ahora, verificadores externos e independientes que aporten más neutralidad al proceso.
Peticiones de supervisión externa
“El problema es que ellos son quienes dicen que hay espionaje. Y no reportan con nadie”, sostiene. A su modo de ver, CitizenLab procede de esta forma con la anuencia de Amnistía Internacional.
El laboratorio canadiense hizo oídos sordos en el pasado a la petición de un centenar de académicos y expertos de España y otros países que, a través de una carta difundida en julio de 2022, le reclamaron someter su análisis a una supervisión externa, y le acusaban de falta de rigor, opacidad en su metodología, y conflictos de intereses en el "Catalangate".
Un independentista entre los autores del “Catalangate”
Estos profesores universitarios, al igual que Olivas, recuerdan, por ejemplo, que uno de los ocho autores -y coordinador- del informe “Catalangate” es el activista independentista Elies Campo que, a su vez, figura entre las supuestas víctimas del software espía. Con posterioridad a esta labor, se supo que estaba siendo investigado por la justicia por su presunta implicación en el desarrollo de la infraestructura tecnológica de Tsunami Democràtic.
Este, y otros casos similares, hacen sospechar a Olivas que “la campaña sobre Pegasus” por parte del independentismo pudo tener como objetivo “intentar cancelar juicios relacionados con el procés". "Con la amnistía, ya no les hace falta, pero la siguen utilizando y sacando partido”, añade. Algo que, en su opinión, podría haber hecho Mas esta semana al coincidir la noticia de este nuevo informe de CitizenLab con el día de su comparecencia parlamentaria sobre la "operación Cataluña", donde anunció su propósito de querellarse contra exdirigentes del Estado por ambas cuestiones.
Por otra parte, durante años, algunos de los presuntos espiados se negaron a entregar sus teléfonos móviles a las autoridades judiciales que los pedían para hacer pruebas periciales.
Ausencia de pruebas sobre la supuesta autoría
A pesar de ello, Olivas destaca en conversación con este medio que, aún en el caso de que realmente existan esas infecciones de spyware, “nadie ha podido atribuir su origen” o autoría. El propio Mas así lo reconoció en una entrevista concedida a RAC1 el pasado lunes, justo después de darse a conocer la noticia: “No sé quién lo ordenó, no tengo la prueba”, dijo el exmandatario convergente, apuntando la posibilidad de que fuera el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Policía o la Guardia Civil. “No lo puedo certificar. Eso lo tendría que investigar la justicia”, añadió.
Y es que muy difícilmente podría determinarse algo así, aún sabiéndose que NSO sólo vende su software Pegasus a Estados. “Es algo que no se puede constatar. Y es hasta posible que ni siquiera sea spyware lo que han detectado”, sostiene Olivas al respecto. “El problema es cuando se plantea la hipótesis de que el Gobierno espía al independentismo. Podría serlo. Pero también otros países. Incluso Rusia porque, si trataron con emisarios de ese país para recibir apoyo económico y logístico para el procés, puede ser otra hipótesis. Tal vez no en el caso de Mas, pero sí en el de otros dirigentes, como Xavier Vendrell, Josep Lluís Alay, Víctor Terradellas…”, valora.
La sombra de Tsunami y la trama rusa del ‘procés’
El informe de Olivas presentado en la Eurocámara el 9 de marzo de 2023, titulado El caso Pegasus, una revisión crítica del informe Catalangate de CitizenLab [ver aquí], ya denunciaba en varias de sus 236 páginas que CitizenLab omitiera en su documento los contactos con emisarios rusos de algunos dirigentes independentistas supuestamente espiados, así como la posibilidad de que otros países occidentales pudieran estar interesados en rastrear sus móviles por ello.
El informe de Olivas, asimismo, lamentaba que el laboratorio canadiense tampoco tuviera en cuenta que algunos de esos dirigentes supuestamente espiados eran investigados en ese momento por la justicia por ese y otros motivos, como la “corrupción” o “la creación de Tsunami Democràtic”, la plataforma digital anónima que, en 2019, convocó actos de protesta contra las condenas a los dirigentes del procés -tales como cortes de carreteras o el asedio del aeropuerto de El Prat-, algunas de las cuales derivaron en graves disturbios.
Falta de neutralidad
Todo ello supondría una muestra más, en opinión de Olivas, de la falta de neutralidad por parte de los autores del “Catalangate”. Y es que, según asegura a Crónica Global, éstos “no actúan como científicos neutrales, sino como activistas al uso”, pues, en su opinión, se posicionan a favor de los investigados. “Uno de los autores, John-Scott Railton, ha dicho que todo esto se tiene que llevar a Bruselas, para actuar contra NSO… y, con eso, se convierte en parte”.
Otro de esos autores es Ronald Deibert, fundador y director de CitizenLab, que en un documental sobre su investigación emitido en TV3 en octubre de 2022 acusaba a "una agencia de espionaje de España" de "operar sin control". Y exigía explicaciones al Estado.
Relato afín al independentismo
En esa intervención en el programa 30 Minuts de la televisión pública de la Generalitat, Deibert opinaba, además, que "si esto pasara en Canadá, donde por ejemplo al primer ministro del Quebec, y a todo su gabinete y miembros del Parlamento de Ottawa, les hubieran hackeado los teléfonos", sería "un escándalo nacional", y "el Gobierno se colapsaría seguro". "Pero en Cataluña, como tenéis esta situación con la Constitución, y el mero hecho de que defender la independencia se considera ilegal, el tema se trata de una forma muy diferente a como se haría aquí”, añadió.
Estas manifestaciones de Deibert suscitaron malestar en entidades constitucionalistas como Foro de Profesores, al considerar que demuestran su "gran desconocimiento de la situación política en España" donde, a diferencia de otros países europeos, los partidos secesionistas son legales y gobiernan y están presentes en un sinfín de instituciones. Entre ellas, la Generalitat de Cataluña, que presidieron a lo largo de la pasada década, hasta su derrota en las autonómicas de 2024.
Sea como fuere, el informe y las tesis de CitizenLab han servido, a lo largo de los últimos años, de munición al movimiento independentista para acusar al Estado español de espiar de forma indiscriminada a sus líderes. Sin embargo, el CNI sólo ha reconocido haber vigilado a 18 de ellos, con autorización judicial, y de forma plenamente legal. En esa lista no se encuentran, por tanto, 47 de los 65 casos denunciados por el laboratorio canadiense. Entre ellos, tampoco Artur Mas. Si se hubiera hecho, sería ilegal.