El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en una conferencia en la Escuela Industrial de Barcelona ante destacados representantes de la sociedad civil y la economía catalanas

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en una conferencia en la Escuela Industrial de Barcelona ante destacados representantes de la sociedad civil y la economía catalanas EFE/ Enric Fontcuberta

Política

Los empresarios esquivan la propuesta de Illa de un salario mínimo catalán

El presidente de la Generalitat contempla esta medida en su plan de relanzamiento económico, pero el empresariado lo considera inasumible sin una transformación previa del modelo que mejore la productividad

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El empresariado catalán ha recibido con frialdad la propuesta del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, de establecer un salario mínimo de referencia en Cataluña.

La medida, incluida dentro del plan Catalunya Lidera, ha sido acogida con escepticismo por parte de las patronales catalanas. Foment del Treball y Cecot optan por, de momento, esquivar la iniciativa, pues la consideran inasumible sin una transformación previa del modelo económico que traiga una mejora de la productividad.

Illa ha enmarcado esta propuesta en una ambiciosa estrategia que contempla una inversión de 18.500 millones de euros hasta 2030 con el objetivo de reactivar la economía catalana.

El documento que ha presentado el dirigente recoge un total de 200 medidas destinadas a fortalecer el tejido productivo de Cataluña, desde el impulso a macroproyectos industriales estratégicos hasta la expansión de las energías renovables o la consolidación de 3.000 empresas emergentes.

Una propuesta encallada

Dentro de este paquete de medidas, el Govern ha rescatado la vieja idea de establecer un salario mínimo catalán, una propuesta que ya puso sobre la mesa ERC hace cinco años, pero que nunca ha llegado a aplicarse.

El documento del Ejecutivo catalán informa que el mercado laboral en Cataluña, pese a tener una tasa de ocupación alta del 69,9%, presenta problemas estructurales como la elevada rotación, la segmentación del empleo y una tasa de paro juvenil muy por encima de la media europea.

Además, el incremento del coste de vida, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, es un factor que agrava la situación de los trabajadores con salarios bajos.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante la presentación del plan

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante la presentación del plan EFE/ Enric Fontcuberta

Sin embargo, la propuesta de un salario mínimo de referencia en Cataluña se enfrenta a varios obstáculos. En primer lugar, la Generalitat carece de competencias legislativas en esta materia, por lo que no puede imponer una cifra superior a la que establece el Gobierno central.

En segundo lugar, hasta ahora ni las patronales ni los sindicatos han llegado a un acuerdo sobre la aplicación de este tipo de medidas. Además, el Govern no ha asumido el coste de un complemento salarial que garantice su cumplimiento.

Prioridad: impulsar la economía

Desde la patronal Cecot argumentan que la clave para mejorar los salarios catalanes no pasa, de momento, por un salario mínimo más alto, sino por la creación de una economía de mayor valor añadido.

"La manera de mejorar las condiciones de los trabajadores es disponer de una economía suficientemente dinámica que permita mejorar las retribuciones, además de garantizar una ocupación de calidad y estable", sostiene Oriol Alba, secretario general de la entidad, a Crónica Global.

Para la patronal vallesana, antes de fijar un salario mínimo, Cataluña debe desarrollar un modelo económico que lo haga viable. La organización empresarial considera que la medida no puede aplicarse sin una transformación previa del modelo económico que genere productividad y valor añadido en las empresas.

El presidente Salvador Illa en la presentación del plan 'Catalunya Lidera' en Barcelona

El presidente Salvador Illa en la presentación del plan 'Catalunya Lidera' en Barcelona EFE/ Enric Fontcuberta

Por su parte, Foment del Treball, la gran patronal catalana, es aún más crítica. Históricamente, esta organización ha rechazado cualquier intento de establecer un salario mínimo de referencia en Cataluña y, en esta ocasión, tampoco ha cambiado de postura. 

Pese a que el coste de vida en Cataluña es más elevado que en otras regiones y que Barcelona se encuentra entre las ciudades con el precio del alquiler más alto del país, desde Foment aseguran que “no está previsto en su agenda” apoyar una medida de este tipo.

Un brindis al sol

La falta de competencias de la Generalitat en materia de salario mínimo y la resistencia del empresariado a abrazar esta medida convierten la propuesta de Illa en una declaración de intenciones sin efectos reales.

La iniciativa del presidente catalán se produce, además, en un contexto en el que el Gobierno central ha aprobado recientemente un incremento del salario mínimo interprofesional en un 4,4%, elevándose hasta los 1.184 euros brutos mensuales. 

El aumento se ha pactado sin el consenso de las patronales y ha desatado un arduo enfrentamiento entre el Ministerio de Trabajo, dirigido por Yolanda Díaz, y los empresarios españoles. 

Díaz incluso ha provocado un incendio en el seno del Gobierno central, con una sonada disputa con su homólogo en el Ministerio de Economía, Carlos Cuerpo, mucho más reacio a la subida del SMI. La ministra de Trabajo llegó a insinuar que Cuerpo era "mala persona" por oponerse a la medida.