
El expresidente Carles Puigdemont junto con el presidente de Mediapro Tatxo Benet
Mediapro prepara un documental sobre la fuga de Puigdemont del 8 de agosto
La pieza audiovisual de la productora de Tatxo Benet tratará sobre la vuelta del líder de Junts a Barcelona siete años después, y la caótica búsqueda por parte de los Mossos d'Esquadra
Contará con la participación de reconocidos periodistas catalanes
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Mediapro, el gigante audiovisual catalán dirigido por el empresario Tatxo Benet, prepara un documental sobre la fuga del pasado 8 de agosto del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, según ha podido saber Crónica Global.
El reportaje se centrará en el regreso de Puigdemont a Cataluña siete años después de huir de la justicia, y en la caótica serie de eventos que rodearon su intento fallido de intervenir en el debate de investidura del socialista Salvador Illa.
Huida de Puigdemont
El 8 de agosto de 2024, la aparición de Puigdemont en una calle cercana al Arc de Triomf de Barcelona causó un gran revuelo.
En medio de la multitud, el expresidente de la Generalitat y líder de Junts pronunció un breve discurso, de apenas cuatro minutos, mientras en el Parlament se llevaba a cabo el debate de investidura del socialista Salvador Illa.

Carles Puigdemont en su regreso a Cataluña
A pesar de que su intención era asistir al pleno, Puigdemont pronto comprendió que la policía catalana había montado un dispositivo para evitar su acceso y decidió huir, desatando una frenética operación de búsqueda por parte de los Mossos d’Esquadra.
Un dispositivo que, sin embargo, no logró dar con su paradero.
Operación 'Jaula'
De este modo, cuando pasaban pocos minutos de las diez de la mañana, la cúpula de los Mossos se vio obligada a activar la conocida Operación Jaula. Un dispositivo de máxima seguridad que colapsó Barcelona y el Área Metropolitana durante horas. Nadie podía entrar o salir de la ciudad sin esquivar los controles de la policía catalana.
Y es que Puigdemont lo había vuelto a hacer. Con ayuda de su partido y de hasta tres agentes de los mossos d'esquadra, el prófugo desapareció, pese a que pendía (y pende) sobre él una causa por malversación en el Tribunal Supremo.
El dispositivo se desplegó por fases poco después de que Puigdemont se esfumara entre los altos cargos y diputados neoconvergentes que le escoltaron en Arc de Triomf. Primero se centró en la ciudad de Barcelona y, pasados unos minutos, la alerta se extendió por todo el territorio catalán.
Todos los cuerpos policiales colaboraron en el dispositivo especial, Guardia Civil y Policía Nacional incluidos, que tienen el control de los puestos fronterizos.
El 'expresident' siguió en la ciudad
Sin embargo, tres horas y media después de su activación, y ante la imposibilidad de dar con el prófugo de la justicia, las autoridades decidieron levantar la Operación Jaula para descongestionar las vías de acceso a la capital catalana.
Lo que no se imaginaban era que Carles Puigdemont, en ese momento, seguía escondido en la ciudad.

Imagen del operativo policial para capturar a Carles Puigdemont
El plan de huida
Con una más que cuestionable maniobra de distracción, Puigdemont logró escapar. Desde allí, se dirigió a un piso en Barcelona, donde permaneció durante varias horas antes de esconderse en un segundo inmueble. En ese momento, el entorno del expresident supo que intentar acceder al Parlament sería una misión imposible sin ser interceptados.
Frente a la creciente presión policial, Puigdemont y sus séquitos optaron por trasladarse a un tercer piso en las afueras de la ciudad, donde permanecieron ocultos mientras se comunicaban con su entorno utilizando un teléfono sin conexión a internet para evitar ser localizados.
Sólo después de que los Mossos d'Esquadra levantaran la Operación Jaula de forma definitiva, a las 20:00 horas, el expresidente y su comitiva comenzaron el viaje de regreso a Waterloo, donde Puigdemont reside desde su huida en 2017.
Desde Junts se criticó con dureza la decisión del conseller de Interior en ese momento, Joan Ignasi Elena (ERC), quien había coordinado un operativo policial que muchos en el independentismo consideraron excesivo, comparándolo incluso con el de la detención de un terrorista.

Ambiente en el paseo Lluís Companys de Barcelona el 8 de agosto de 2024, durante el acto que protagonizó Carles Puigdemont antes de volver a huir
La defensa de Interior
A raíz de la polémica, el conseller, junto con la cúpula de la policía catalana, justificó la actuación del cuerpo alegando que nadie podía prever un comportamiento tan inesperado por parte de quien había sido presidente de la Generalitat.
No obstante, el cuerpo de los Mossos reconoció varios fallos en la operación, que fueron documentados en una minuta dirigida al juez Pablo Llarena.
En ella, la policía admitió que su Unidad de Drones no había monitorizado el coche en el que Puigdemont escapó a gran velocidad, lo que permitió al expresidente eludir a la policía sin ser detectado.

EUROPA PRESS
Según las fuentes consultadas, el grueso de los agentes movilizados la mañana del 8 de agosto se encontraba en las inmediaciones del Parque de la Ciutadella, donde se ubica el Parlament de Cataluña.
De este modo, el equipo de seguimiento -el binomio de agentes de la Comisaría General de Información que tenían como misión seguir al prófugo- se vio desbordado y sin efectivos para perseguir al Honda blanco con el que huyeron Puigdemont, su escolta -el segundo de los agentes de Mossos detenido- y Turull.

Xavi Manso, agente de los Mossos, que escoltó a Puigdemont en su huida
Mediapro, en manos de un fondo chino
Mediapro es uno de los grupos audiovisuales más importantes de Cataluña, dirigido actualmente por Tatxo Benet, uno de sus cofundadores. Junto a él, Jaume Roures fue parte de la creación de la compañía, aunque abandonó la misma en octubre de 2023, tras una decisión impulsada por el principal accionista, la firma china Southwind Media.
Southwind Media, a su vez, pertenece al conglomerado asiático Orient Hontai Capital, que adquirió en 2018 el 54,5% de Imagina, la productora resultante de la fusión entre Mediapro y Globomedia, en una operación valorada en aproximadamente 900 millones de euros.
A raíz de esta compra, los fundadores Roures y Benet mantuvieron una participación minoritaria del 24% en el grupo, mientras que Southwind se consolidaba como el principal accionista.

El presidente y CEO de Mediapro, Tatxo Benet, en un acto corporativo
Dificultades
Durante 2022, Mediapro atravesó una difícil situación económica derivada de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, lo que llevó a una refinanciación de su deuda por 620 millones de euros.
Esta inyección de capital permitió a los inversores asiáticos ampliar su control sobre la compañía, llegando a poseer alrededor del 85% de las acciones, mientras que Benet conservaba un 5%, al igual que la multinacional británica WPP.
Divorcio con Roures
El adiós de Roures no obedeció a un cambio en la estrategia de la empresa, sino a la exigencia de los principales accionistas de renovaciones en los cargos directivos, debido a diferencias con Southwind Media sobre la falta de un proyecto común.
En paralelo, las denuncias de Roures sobre una “persecución enfermiza” en relación con una investigación judicial en la que estuvo implicado aumentó las tensiones con los inversores chinos.
Vinculación con el 'procés'
A lo largo de los años, Mediapro también ha estado envuelta en varias controversias, incluyendo su vinculación al independentismo.
En 2018, el Ministerio de Hacienda solicitó información detallada sobre los pagos y ayudas otorgadas desde 2015 a diversas empresas y medios, entre ellas Mediapro, que podrían haber colaborado en la financiación de actividades relacionadas con el referéndum ilegal de 2017.

La Sala Segunda del Tribunal Supremo, juzgando a los líderes del 'procés'
Procesos judiciales
Asimismo, Mediapro ha sido parte de la polémica judicial conocida como Fifagate, en la que se investiga a una de sus filiales, US Imagina, por presuntos pagos de sobornos a cambio de derechos audiovisuales.
La compañía trató de resolver este caso en 2021 con un pacto de conformidad. Ahora, la Fiscalía ha pedido reabrir la investigación, manteniendo bajo la lupa al tercer cofundador del conglomerado, Gerard Romy.
Otras producciones
Entre alguna de las producciones de Mediapro se encuentra el documental Las cloacas de Interior (2017), que analiza las supuestas “ilegalidades y la corrupción” del Ministerio del Interior; el documental 1-O (TV3), crónica de lo que pasó en cinco centros de votación del referéndum ilegal secesionista; el magazine Zapeando (LaSexta); El Intermedio (LaSexta); o Los Serrano, entre otros.
Bajo la dirección de Tatxo Benet, la empresa ha realizado su primera gran adquisición desde la salida de Roures. Nueve meses después de este cambio, el grupo audiovisual ha cerrado con éxito la compra de Fresco Films, la productora detrás de éxitos como Juego de Tronos y Narcos.
La operación se completó en julio de 2024, marcando un paso importante en la estrategia de expansión del grupo.