Han pasado casi seis meses desde que Daniel Baena, antiguo jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Barcelona y uno de los héroes contra el procés independentista en Cataluña, ascendió a coronel.
En julio, fuentes policiales adelantaron a este medio que este ascenso era el paso previo para su designación como jefe de la Comandancia de Barcelona, un puesto estratégico en uno de los territorios más complejos de España. Sin embargo, pese a que el nombramiento se había planteado para mediados de septiembre, este movimiento sigue sin materializarse.
Vacante
A pesar de las expectativas, y vista la importancia simbólica que este nombramiento hubiera tenido en Cataluña, en especial para el sector secesionista, la plaza sigue sin ser ocupada: ni por Baena ni por ningún otro candidato de perfil destacado.
En estos meses, las fuentes oficiales han preferido guardar silencio. Mientras, la Comandancia continúa huérfana, sin experimentar cambios relevantes en su cúpula. La esperada y ya misteriosa designación permanece en el limbo, dejando en el aire las razones detrás de esta aparente parálisis institucional.
Un nombramiento cargado de simbolismo
La realidad es compleja. Fuentes conocedoras de la situación que se vive en la Comandancia de Barcelona apuntan a presiones del sector independentista catalán sobre el ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska.
Presiones que, sin embargo, no sorprenden a nadie. El secesionismo catalán teme y desprecia a partes iguales a Daniel Baena. Así lo sienten incluso los círculos menos cercanos al corazón nacionalista, pero parece que su influencia está dificultando el controvertido nombramiento.
Vetos múltiples
De hecho, fuentes policiales cercanas al instituto armado precisan que el veto de la cúpula de Interior no es sólo a Baena, sino que los obstáculos se extienden a otros mandos policiales que trabajaron duro contra el desafío independentista de 2017.
Este veto múltiple a cuadros de la Guardia Civil sería, en efecto, "consecuencia del pago de favores a los partidos independentistas que sostienen al Gobierno en el Congreso de los Diputados". El resultado es claro: los cambios que debían acometerse en el organigrama del cuerpo en Cataluña no han tenido lugar.
"Se nombrará próximamente"
¿Qué dice Interior? A preguntas de este medio, el ministerio se limita a decir que "el puesto del jefe de la Comandancia de Barcelona se publicará próximamente, al igual que el de otras comandancias de la Guardia Civil".
Por el momento, el departamento no puede "precisar una fecha concreta" en la que ello ocurrirá.
Malestar
Pero esa designación próxima no tranquiliza a la tropa. Baena, recuerdan fuentes internas de la Comandancia, fue ascendido en julio, y nada se sabe de su nuevo encargo como jefe del destacamento.
Es más, intramuros se teme que el ministerio ofrezca al veterano policía un puesto simbólico de apoyo a la Jefatura de Zona.
En funciones
No obstante, en puridad, este policía sevillano de nacimiento ya ejerce de jefe de la Comandancia. Lo es en funciones o de forma accidental, según la fuente, y desde que el general de brigada Pedro Antonio Pizarro de Medina ascendiera al generalato y tomara posesión de la VII Zona de la Guardia Civil, la que corresponde a Cataluña.
El cambio al frente del cuerpo policial en Cataluña ha conllevado una presencia más evidente de su persona en actos públicos, algo que se evitó durante los años del órdago secesionista.
Cara a cara con Trapero
Aunque, claro, esa mayor presencia pública ha dejado algunas escenas para la posteridad. A pesar de que los suyos le admiran, la realidad es que el coronel de la Guardia Civil Daniel Baena tiene detractores en varias y variopintas esferas. También en lo policial.
Cabe recordar que él mismo y Josep Lluís Trapero, actual director general de los Mossos d'Esquadra, coincidieron en los años de mayor tensión del procés. Ambos han coincidido en actos públicos, y la gelidez ha presidido estos contactos.
Y es que, de hecho, los informes del primero ayudaron a enjuiciar al segundo por sedición, pero salió absuelto. Desde entonces, las relaciones entre ambos altos mandos policiales son más que tensas.