La Assemblea Nacional Catalana (ANC) endurece su discurso en su momento más bajo desde que se fundó en 2012 y en plena crisis del movimiento independentista. La entidad ultranacionalista impulsora del procés ha planteado un decálogo a sus cada vez más escasos seguidores –como pudo verse de nuevo esta semana en su movilización para conmemorar el 1-O, que apenas reunió a 350 personas-, en el cual propone, entre otras cuestiones, “pasar a la ofensiva” contra España “en los espacios económico, social, cultural y militar de su dominio”.

Así se desprende de un documento difundido entre sus socios, y disponible en su página web, coincidiendo con el séptimo aniversario de la celebración del referéndum ilegal y unilateral de secesión del 1 de octubre de 2017.

El asalto a El Prat y los cortes de la frontera, "ejemplo a seguir"

El escrito, cuyo autor es el exdiputado de la CUP y actual "secretario nacional" de la ANC Julià de Jòdar, lleva por título “Tesis de agosto”, y en el mismo se reivindican los hechos ocurridos en el convulso otoño de ese año. La ANC evita profundizar sobre en qué debe consistir esa nueva “ofensiva”, si bien aplaude que, en aquellas fechas, “miles de personas pusieron su cuerpo en defensa de todos los represaliados" y "tomaron el transporte público o privado para marchar sobre la capital u ocupar el aeropuerto, colapsaron carreteras y cortaron pasos fronterizos, y se manifestaron pacíficamente" -según su valoración- "contra la violencia española”. Unas movilizaciones y actos de boicot que, según enfatiza la entidad “es, y debe ser, el ejemplo a seguir”.

Los independentistas de Tsunami Democràtic en el corte de la frontera de la AP7 por la Jonquera de este lunes. Imagen del artículo sobre el manifiesto de intelectuales / EFE

La entidad presidida por el cantautor Lluís Llach parte de la base, en el primero de los diez puntos de su propuesta, de que el procés secesionista “continúa y continuará vivo mientras su gente luche por fundar la República de Cataluña en el seno de los Països Catalans”. Un objetivo final que, advierte, debe conseguirse de forma “unilateral, mediante procesos de resistencia y rebelión de su gente que obliguen a España a negociar entre iguales”.

Rechazo a las "mesas de negociación" con el Gobierno

La ANC se muestra muy crítica con los partidos secesionistas, a los que acusa de no haber “defendido” la ruptura con el resto del país en otoño de 2017 ni en los años posteriores.

Así, en una velada crítica a ERC y Junts, expresa su rechazo a las actuales “mesas de negociación” y los contactos “con cualquier Gobierno español de turno”, pues a su modo de ver eso “sólo ha servido para ayudar a mantener, una vez más, la estabilidad del Estado opresor y debilitar las reivindicaciones de Cataluña”.

"Recuperar el liderazgo desde la calle"

Frente a ello, la ANC considera que “la gente tendrá que recuperar el liderazgo desde la calle y crear organizaciones capaces de establecer con las instituciones nuevas y equivalentes relaciones de fuerza”. Así, frente al supuesto pactismo de sus partidos afines, el documento ve “indispensable” forjarherramientas de autodefensa” en “la vía de la liberación nacional”.

El escritor Julià de Jòdar, autor del decálogo de la ANC WIKIPEDIA

No podemos ser siervos en España”, enfatiza el sexto punto del decálogo, en el cual la ANC insiste en que “ayudar a hacer gobiernos en Madrid" es "una trampa del catalanismo subordinado, que sólo sirve para maquillar la faz represora del Estado”. Por una parte, “al dotarle de legitimidad ante la opinión pública internacional a través de pactos parlamentarios en el Congreso”; y, por otra, “porque, al adoptar tácticas de sumisión, se ha provocado la pérdida de la mayoría en el Parlament y propiciado la constitución de un gobierno profundamente españolista con añadidos del catalanismo más vendido y reaccionario”.

Críticas a la amnistía

En este punto, la entidad ultranacionalista se muestra muy crítica incluso con la amnistía aprobada por el Gobierno de PSOE y Sumar y los partidos secesionistas a cambio de la investidura de Pedro Sánchez como presidente.

Las falsas medidas de reparación obtenidas al precio de pactar con el Gobierno español de turno una ley de amnistía sólo han servido para que el Estado las utilice, en la mejor tradición de los sistemas dictatoriales, para perdonar a sus sicarios”, espeta la ANC en su decálogo.

“Romper las líneas enemigas”

En su séptimo punto, ese discurso beligerante prosigue apuntando que “la depredación colonial que practica España sobre Cataluña nos obligará a idear formas de lucha específicas, flexibles y audaces para romper las líneas enemigas, desarticular sus fuerzas, y pasar a la ofensiva en los espacios económico, social, cultural y militar de su dominio”.

“Las grandes manifestaciones de masas formaron parte de la primera fase del proceso, del que deben ser un ejemplo permanente y un modelo a seguir y perfeccionar cuando sea necesario forzar al Estado enemigo a negociar de igual a igual”, reitera.

“Pero ahora, cuando el totalitarismo español pretende meter la escena política de Cataluña en el redil de una pacificación de huella colonial, es obligado que las entidades rehagan tácticas y formas de lucha para volver a ser útiles”, añade.

Control de la “hegemonía” cultural

La ANC también propone redoblar esfuerzos en el ámbito ideológico nacionalista. En este sentido, destaca que “si un país está sometido a un expolio colonial, como el que sufre Cataluña, su cultura será colonial, y no podrá proyectar y desarrollar la hegemonía que necesitamos para conservar la lengua y preservar el patrimonio histórico de la nación entera entre los pueblos avanzados del mundo”.

Por todo ello, y a modo de conclusión, el decálogo enfatiza que los “las entidades civiles deben ser representantes colectivas de la lucha popular directa frente a de las instituciones para hacerlas ir al paso, si se desvían de la práctica independentista, o para hacer piña con ellas”.

"Guía de partida para la independencia"

Todas estas propuestas, según ha explicado la ANC, las debatió su "secretariado nacional" en el pleno del pasado 21 de septiembre, al considerar el decálogo una "guía de partida para alcanzar la independencia".

Este octubre, el secretariado de la ANC ha abierto un proceso para que sus "asambleas de base" presenten sus aportaciones a la elaboración de la futura "hoja de ruta" de la entidad.

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