El debate sobre la inmigración ha vuelto a ocupar un lugar central en la agenda política catalana. En esta ocasión, a raíz de la llegada de un numeroso grupo de inmigrantes, unos 200, en su mayoría procedentes de Canarias, a la localidad de Tossa de Mar (Girona). En este contexto, y como ya sucedió en la campaña electoral, Junts intenta sacar rédito de este asunto, siempre mirando de reojo a Aliança Catalana.
No es para menos. Los neoconvergentes y el partido de la ultra Sílvia Orriols comparten una parte del electorado. No solo por su duro discurso contra la inmigración, sino también por sus tesis radicales a favor de la independencia.
Las declaraciones polémicas del alcalde
Uno de los comentarios más controvertidos en este escenario ha sido el del alcalde del pueblo gerundense, Martí Pujals (Compromís Municipal, de la órbita de Junts). El regidor calificó de "desproporcionada" la cantidad de inmigrantes que se alojarán en el Hotel Tossa Center, un 4 estrellas con spa y gimnasio, durante un periodo que oscila entre los 15 y los 30 días mientras se decide su destino final.
Pujals ha expresado su preocupación, señalando que la llegada de estas personas podría alterar la vida cotidiana de los 5.800 habitantes de Tossa de Mar, especialmente en plena temporada turística. Omite, sin embargo, que la localidad multiplica por 10 esa cifra en la época estival.
El temor al crecimiento del partido de Orriols
Con este tema en el centro del debate, algunas fuentes de Junts han reconocido su alivio por el hecho de que finalmente no haya repetición electoral en octubre. Consideran que el acuerdo alcanzado entre PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa es un "mal menor" para el partido de Carles Puigdemont en la situación actual.
Admiten que, de haberse celebrado nuevos comicios este otoño, se hubieran cumplido sus peores temores, especialmente en relación con el creciente apoyo a Aliança Catalana. En las elecciones autonómicas del 12 de mayo, Junts logró 35 escaños, pero algunos dentro del partido creen que esta cifra habría sido "considerablemente inferior" en caso de regresar a las urnas.
"Si hubiésemos ido a nuevas elecciones, Aliança Catalana habría pasado de dos a seis o siete representantes, como mínimo", afirman. A costa de Junts.