El Ayuntamiento de Girona está inundando de cartas por la lengua catalana a los nuevos negocios que abren en la capital provincial. El gobierno municipal que encabeza Lluc Salellas (Guanyem) bombardea a los nuevos establecimientos con misivas para que rotulen en lengua catalana, asegurando que "les irá mejor".
Ha informado de ello a la ACN la concejal de Lengua Catalana, Núria Riquelme, admitiendo que envían las cartas a los nuevos establecimientos que abren en la urbe, que son "unos 30 cada mes". Entre los que reciben la misiva se encuentran bares, restaurantes, peluquerías o salones de manicura.
"Les irá bien"
Esta acción, que el ayuntamiento denomina "mediación" con los botiguers, ha resultado en que puntos de venta del Casco Antiguo, Santa Eugènia o Eixample pasen de anunciarse en la lengua común, el castellano, a como mínimo, en catalán.
"Le remitimos correos electrónicos o contactamos con ellos recordándoles que deben cumplir la ley", ha insistido Riquelme.
30 propuestas de sanción
Pero es que esa mediación tiene un límite. Desde el inicio del año, el Ejecutivo local de Salellas ha propuesto para sanción a unos 30 comercios de la ciudad. Lo ha hecho porque "han avisado al propietario muchas veces, y lo rótulos continúan estando en castellano".
Dicho y hecho, en estos casos, Girona pasa el expediente de las dependencias municipales a la Agencia Catalana de Consumo para que incoe un expediente sancionador al tendero, ha admitido la misma concejal.
Los que quieren invertir, también
Asimismo, el tripartito de gobierno --lo forman CUP, Junts y ERC-- reconoce que no solo envía comunicaciones a los negocios que solicitan licencia de apertura, sino que también informa a los que quieren invertir en la ciudad.
A estos, entre 50 y 60 cada dos meses, se les avisa de que deben comunicarse, al menos, en catalán. Entre las empresas avisadas por el ayuntamiento figuran comercios tradicionales, así como servicios para la ciudadanía a pie de calle o incluso oficinas y despachos profesionales en pisos.
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