La principal “obsesión” de Salvador Illa es, dice, que su Govern gobierne “para todos”. Por el momento, el nuevo president de la Generalitat se ha puesto manos a la obra y, en apenas tres días desde la toma de posesión, ha confeccionado un equipo transversal con consellers procedentes de distintos ámbitos y diferentes sensibilidades e ideologías y, en el mismo camino, ha comenzado a aplicar, al dedillo, el pacto suscrito con ERC para que los republicanos apoyasen su investidura. Por lo menos, en materia lingüística.
Este es, de hecho, el punto del acuerdo que más deprisa puede Illa comenzar a aplicar, y lo está haciendo sin demora, antes incluso de marcharse de vacaciones. El presidente catalán no quiere ni una grieta en sus primeros días de gobierno, por lo que, más allá del ruido que llega desde Junts, lo más urgente para evitar seísmos es contentar a los socios de investidura. Sobre todo, a ERC, que le dio un “sí vigilante”, con amenazas de dejarlo caer si incumplía lo firmado.
"Nación con lengua propia"
El acuerdo lingüístico es el tercero del documento entre los dos partidos, y el primero en el que se puede avanzar de forma tangible. Bajo el título “Cataluña es una nación con lengua propia y voluntad de proyectarse al mundo”, el primer apartado apunta “el retroceso del uso social” del catalán y la necesidad de “defender el modelo de escuela catalana”. E incluye la creación del Departamento de Política Lingüística “con un plan de acción transversal que se proyecte sobre el conjunto” de las consejerías y de sus políticas. Dicho y hecho.
Illa ha creado esa consejería en una de sus primeras decisiones como president, y ha ascendido a conseller al filólogo Francesc Xavier Vila, cercano a ERC, que hasta ahora era el secretario de esta materia en el Departamento de Cultura del Govern de Pere Aragonès. Será él quien deba aprobar el Pacto Nacional por la Lengua en los primeros 100 días de Govern y dotarlo de la correspondiente financiación anual, que para el primer año se prevé de 200 millones, según el acuerdo con los republicanos. Por el momento, a la hora de recoger la carpeta de la consejería, Vila se ha negado a responder en castellano a los periodistas.
Monolingüismo en catalán
Pero los cumplimientos del primer secretario del PSC para con ERC van más allá, pues el apretón de manos con los republicanos dice textualmente que “hay que garantizar el catalán como lengua de uso normal de las Administraciones y de las instituciones catalanas”. Y así lo hace, pues ya en el debate de investidura se olvidó del castellano, que había alternado en los últimos tiempos como una manera de atraer a los diputados huérfanos de Ciudadanos. Illa habla hoy sólo en catalán.
Es más, en el breve parlamento que dio inicio a la toma de posesión de sus consellers, este lunes, afirmó que hay que defender “la lengua catalana como columna vertebral de Cataluña”, a la que llamó “nación” integrada en una “España plurinacional”. Guiños, todos ellos, que sirven a Illa para contener a sus socios, con quienes ha limado asperezas y ha protagonizado un acercamiento impensable hace apenas unos meses, pero que levantan ampollas en entidades que se han opuesto frontalmente al procesismo, como Impulso Ciudadano y la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), y también en partidos de la oposición.
Primeras críticas
La AEB ya cuestiona que la “pluralidad y diversidad lingüística de Cataluña” estén “a salvo” cuando será “un representante de ERC” el que lidere el Departamento de Política Lingüística, y se anticipa a lo que, en su opinión –y según el pacto PSC-ERC– hará la consellera de Educación, Esther Niubó, en la escuela: mantener el “monolingüismo”, “no aplicar la sentencia del 25% [de docencia en castellano]” y el “silencio cómplice ante el decreto lingüístico”. Por su parte, Impulso Ciudadano, afea a Illa que prescindiera de la bandera de España en su toma de posesión.
Desde el PP, añaden que la apuesta de los socialistas es “hacer seguidismo del independentismo”, y declaran que sólo falta por conocer “la fecha de la convocatoria del referéndum o la consulta” a la que ha dado por hecho que los socialistas “también han accedido”. Asimismo, desde Vox dicen que el Ejecutivo de Illa está “formado por separatistas que continúa con la persecución del español con la Conselleria de Política Lingüística”.