La decisión del PSC de firmar, junto a Junts, ERC, CUP y Comuns Sumar, una proposición de ley para reformar el reglamento del Parlament a la carta con medidas que benefician a los partidos secesionistas -entre ellas, la de permitir el voto telemático de los prófugos de la justicia Carles Puigdemont, Lluís Puig y Rubén Wagensberg- ha indignado a la oposición no nacionalista de la Cámara. Entre ellos, al PP, cuyo diputado Alejandro Fernández ha acusado a la formación de Salvador Illa de "liderar" el procés.
"Los que prometían 'acabar con el procés' ahora lo lideran. Y todavía hay algunos que nos exigen apoyar a Illa...", ha lamentado el dirigente constitucionalista al comentar en su perfil de X esta nueva prebenda de los socialistas a sus socios en el Congreso.
Vía libre a las declaraciones institucionales sin unanimidad
La iniciativa impulsada por el PSC junto a otros partidos nacionalistas se aprobará de forma definitiva en julio y dará carta blanca a la Mesa del Parlament -liderada por Junts- de permitir votar a sus correligionarios fugados por el golpe de 2017, con el propósito de evitar que el Tribunal Constitucional se lo impida -algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones, la última de ellas este mismo junio-.
Y ese es sólo uno de los cambios del Reglamento del Parlament que el PSC ha impulsado al gusto de los partidos secesionistas, ya que también contempla que, a partir de ahora, las declaraciones institucionales de la Cámara no tengan que ser por unanimidad de todos los grupos. Lo cual conlleva que puedan salir adelante sin el apoyo del PP ni de Vox, por ejemplo.
Artimaña para que la CUP tenga grupo propio
Otra de las reformas pactadas por socialistas e independentistas este viernes es la modificación del artículo 27, que permitirá que partidos que no hayan obtenido suficientes diputados en las elecciones como para tener grupo propio -caso de la CUP, ahora en el grupo mixto con sólo cuatro escaños- puedan fingir que sí los tienen mediante la cesión de diputados de un partido a otro en los primeros cinco días de cada periodo de sesiones. Una artimaña que ERC y Junts ya utilizaron el año pasado en el Congreso donde, a pesar de no sumar suficientes diputados para tener grupos propios, el PSOE les cedió a algunos de sus diputados para simular que sí los tienen. Y beneficiarse, con ello, de los recursos y el dinero público que se otorgan a los partidos que sí tienen derecho a grupo parlamentario.