El procés ha muerto. Así lo han demostrado las últimas citas electorales, en las que los partidos independentistas se han dejado apoyos por el camino tras incumplir todas sus promesas en relación a la hoja de ruta para lograr la secesión. Junts y ERC han pasado de gobernar juntos la Generalitat a protagonizar una de las batallas más crueles de la escena política catalana. Especialmente, por los acuerdos de los republicanos con el Gobierno de Pedro Sánchez a raíz de los indultos.
Sin embargo, ello no ha evitado que se pongan de acuerdo para mantener el control del Parlament ante el empuje del PSC ganando las últimas cinco elecciones en Cataluña.
Este acuerdo, como viene siendo habitual, se ha sellado con el apoyo de la CUP. Un partido que desde hace años viene influyendo en la política catalana, si bien dicha incidencia en la agenda ha ido menguando en paralelo a sus escaños. Los cupaires, ahora con Laia Estrada al frente, han sido capaces de dejar a un lado su ideología de extrema izquierda para acabar dando apoyo a Josep Rull, un icónico político convergente, como presidente de la Cámara.
ERC cae en las redes de Puigdemont
El dirigente de Junts se ha coronado este lunes en el segundo cargo más importante de Cataluña, solo superado por la presidencia de la Generalitat. Y lo ha hecho tras alcanzar un acuerdo con los antisistema y los republicanos, que han optado finalmente por desempatar a favor de sus exsocios pese a que el PSC le había ofrecido la presidencia, como comunicó en rueda de prensa la diputada socialista Alícia Romero.
De este modo, ERC ha caído finalmente en lo que algunos consideran "la trampa" del fugado Carles Puigdemont. Han optado por ceder la presidencia de la Cámara al mismo Junts que, el pasado 12 de mayo en las elecciones autonómicas, les apeó de la hegemonía independentista y les hundió en los 20 escaños después de años impulsando campañas de descrédito político hacia dirigentes como Pere Aragonès u Oriol Junqueras.
Blanqueo preventivo de ERC
Sin embargo, desde las filas republicanas reconocen a este medio que el apoyo a Junts en la presidencia del Parlament les facilitará mantener vivo su relato independentista. Es decir, podrán vender a su electorado que siguen en la lógica del procés pese a sus acuerdos con el gobierno de Sánchez o la posibilidad de que, en el corto plazo, faciliten la investidura de Salvador Illa.
Una operación de blanqueo preventivo antes de que comiencen tiempos difíciles plagados de contradicciones políticas.
Puigdemont mata dos pájaros de un tiro
Pero la decisión de regalar a Junts la segunda autoridad de Cataluña da oxígeno político a su principal adversario electoral: Carles Puigdemont. En primer lugar, porque Rull maniobrará para que pueda ser candidato a la investidura antes que el líder del PSC.
Y, en segundo lugar, porque el fugado desactiva a uno de sus posibles rivales por el liderazgo del partido, ya que no pocas voces apuntan que Rull podría presidir Junts en el futuro para hacerlo transitar hacia una formación más cercana a Convergència. “Dos pájaros de un tiro”, afirman quienes conocen bien las artimañas de Puigdemont en la vida interna del partido.
El empresariado no ve con malos ojos a Rull
Se da la circunstancia de que, tras las cuatro paredes de Junts, el empresariado compra a Josep Rull, especialmente tras una campaña catalana en la que no ha escatimado en hacer referencias a las clásicas recetas económicas convergentes, como apostar por más proyectos estratégicos para Cataluña distanciándose de los vetos de la CUP o los Comunes.
A su vez, estos dos partidos de corte izquierdista se “ablandan” ante su figura debido a su paso por la cárcel y a haber sufrido la “represión del Estado”. Otra de las razones por las que se impuso en la votación de la Mesa.
Con todo, las fuentes del mundo empresarial consultadas por este medio recuerdan que Rull “no quería venir a la política”, ya que estaba en una situación “cómoda” y “bien remunerada” en MútuaTerrassa. Fue Junts quien llamó a su puerta consciente de las dificultades de emprender otra campaña con Puigdemont como “candidato virtual”, y es por ello que ahora le premia con un cargo institucional de primer nivel, ya que la posibilidad de gobernar con el resto de partidos independentistas o en coalición con el PSC, está descartada.