El hermetismo se ha impuesto en los partidos hasta minutos antes de arrancar el pleno que ha dado el pistoletazo de salida a la nueva legislatura tras las elecciones catalanas del 12 de mayo. Pero era un secreto a voces que Junts, ERC y la CUP se pondrían de acuerdo para garantizar que la Mesa del Parlament estuviese gobernada por los partidos independentistas. Es la única forma que tienen para continuar con su relato de confrontación, después de haber perdido apoyos en las últimas contiendas electorales.
Y así ha sido: el diputado Josep Rull ha salido elegido como nuevo presidente de la Cámara. Ha conseguido 59 votos en segunda votación -en la que solo se necesita mayoría simple, más síes que noes- gracias a los votos de Junts, ERC y la CUP, frente a la socialista Sílvia Paneque, que ha logrado los 42 apoyos del PSC.
Un pacto 'in extremis'
Como ha venido siendo habitual en los últimos años en Cataluña, los acuerdos han llegado in extremis, pero han llegado. Los partidos independentistas han pactado para hacerse con el segundo cargo más importante, después de la presidencia de la Generalitat. Pero no solo eso, con la elección de Josep Rull, el fugado Carles Puigdemont se garantiza pronunciar el discurso de investidura.
Cabe recordar que una de las funciones del presidente de la institución es proponer un candidato al pleno. Tal y como explicó este medio, el líder de Junts tiene una obsesión: pronunciar su discurso antes que el socialista Salvador Illa, pese a que no tiene los números para ser elegido president. Todas las vías pasan por la abstención del PSC, que ya han rechazado por activa y por pasiva facilitar sus votos.
El catalán y Puigdemont, en su discurso
En su primer discurso desde la Mesa, Rull ha repetido algunos de los mantras del independentismo de los últimos años. Se ha comprometido a "revertir la emergencia" que a su parecer atraviesa el catalán. Contribuirá "a la recuperación de los espacios de uso en los que la lengua ha perdido presencia", ha espetado.
También ha asegurado que, durante su presidencia, "garantizará el principio de inviolabilidad parlamentaria que reconoce el Estatut". Considera que en el Parlament se debe "poder hablar de todo", por lo que ha prometido que garantizará los derechos de todos los diputados, incluso de los fugados. Eso pasa por permitir que el expresident huido Carles Puigdemont y el exconseller Lluís Puig puedan votar, pese a las advertencias del Tribunal Constitucional. "Se debe poder debatir de todo sin presión de ningun otro poder público ni la amenaza de poder ser privado de libertad", ha expresado.
Asimismo, ha hecho un llamamiento a todas las formaciones a actuar "por el bien común" y desde el "acuerdo, el pacto y el consenso". "Les invito desde la Mesa a poder tener una actitud constructiva a la hora de legislar en beneficio de los intereses de la gente de este país", ha concluido.
Puigdemont reacciona
La elección de Rull ha tenido la inmediata reacción de Puigdemont, que ha sacado pecho de la discreción con la que han negociado en las últimas horas con ERC y la CUP, coincidiendo también con las elecciones europeas que han supuesto un nuevo descalabro para el independentismo.
El expresidente huido de la justicia ha agradecido su trabajo a las últimas presidentas de la Cámara. Es decir, a Anna Erra y la presidenta de Junts, Laura Borràs, ahora inhabilitada; así como a la secretaria Aurora Madaula, que ya no ha repetido en las listas por los encontronazos a raíz de una denuncia por acoso en las filas del grupo parlamentario.
"Por el trabajo nada fácil de todos estos años", ha expresado en las redes sociales un fugado que se garantiza cuatro años más de presidencia del Parlament. Con ello, la libertad de poder admitir a trámite iniciativas polémicas que insistan en la autodeterminación y en el relato de la confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez. Un relato difícil de sostener, teniendo en cuenta que el socialista ya les ha entregado la ansiada amnistía que les permitirá volver en el corto plazo a Cataluña.
Pero no solo eso. Este nombramiento tiene una lectura interna en Junts. Tal y como explicó este medio, Rull forma parte del sector pragmático de la formación. Un sector que se ha propuesto amarrar las mayores cuotas de poder institucional para dar capetazo a la etapa de la radical Borràs y transitar hacia la antigua Convergència.
Una Mesa del Parlament sin PP
Con todo, este lunes arranca de forma oficial la XV legislatura catalana bajo la incógnita de quién será el próximo president de la Generalitat. Josep Rull se ha coronado como presidente, mientras que Raquel Sans (ERC) ha salido elegida como 1ª vicepresidenta y David Pérez Ibáñez (PSC) como 2º vicepresidente de la Mesa.
Por último, Gloria Freixa (Junts), Juli Fernández (ERC), Rosa María Ibarra Ollé (PSC) y Judit Alcalà González (PSC) ocuparán las sillas correspondientes a las cuatro secretarías. En esta ocasión, los socialistas de Salvador Illa han optado por dividir sus votos para garantizar, así, dos de las cuatro secretarías.
Se ha quedado fuera el Partido Popular, que ha criticado la "maniobra" del PSC. Su líder, Alejandro Fernández, ha avisado: "El PSC ha maniobrado para que en la Mesa estén los socios de Sánchez. Y lo que venga después lo desconocemos, pero lo tienen pactado. Y nosotros no pensamos mezclarnos con eso", ha asegurado.