Las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo sobre una posible moción de censura contra Pedro Sánchez con el apoyo de Junts han removido el panorama político a días de las elecciones europeas del 9 de junio. Los neoconvergentes no han querido entrar al trapo. El expresident de la Generalitat Artur Mas y el candidato al 9J Toni Comín han pasado por alto esta propuesta conscientes de que no les conviene cabrear a ERC, el partido clave para negociar la Mesa del Parlament. Mucho menos cabrear al presidente del Gobierno. Y es que temen que se les “acabe el chollo” en el Congreso de los Diputados.
Así lo admiten las fuentes consultadas por Crónica Global. Con los números sobre la mesa, Carles Puigdemont no puede ser president, de modo que ahora solo les queda una salida política: amenazar a Sánchez con dejarle caer. Sin ir más lejos, Comín hace dos días dijo que, si Salvador Illa no facilita la llegada del fugado a la Generalitat, se lo pondrán difícil en Madrid.
"Sánchez puede tirar los dados otra vez"
Es por eso que en el partido impera el silencio sobre la propuesta del líder de los populares de una moción de censura para hacer caer a Sánchez. No quieren arriesgarse a que el líder del Ejecutivo convoque elecciones generales y se abra un nuevo escenario que empeore las perspectivas de los de Puigdemont. Cabe recordar que el PSOE atraviesa un momento dulce: en Cataluña, Illa tiene todos los números para ser president y los sondeos vaticinan a los socialistas un gran resultado el 9J.
“No conviene cabrear a Sánchez, si le va bien en las europeas puede tirar los dados otra vez”, como ya hizo con una jugada de riesgo tras las elecciones municipales del 28 de mayo del año pasado.
Junts no quiere oír hablar de generales
Las mismas voces vaticinan que el presidente del Gobierno saldría reforzado de unos eventuales comicios generales: “Podrá decir que ha acabado con Puigdemont y el procés”, deslizan algunos de sus adversarios ante la evidencia de que la mayoría de la sociedad catalana ha recibido con los brazos abiertos los indultos y la amnistía, otorgando al PSC una victoria histórica en votos y escaños.
Con este panorama, en Junts no quieren "ni oír hablar" de elecciones generales ante el pavor que les provoca dejar de ser un actor político clave en el Congreso. En los últimos comicios del 23 de julio, perdieron 200.000 votos, pero lograron “la llave de la gobernabilidad de España por una carambola”. Saben que esta situación podría no volver a producirse si Sánchez decide volver a lanzar los dados y, por tanto, no pondrán en riesgo la legislatura “por ahora”.
Más aún cuando no tienen la amnistía asegurada -todavía no está publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE)- y un gobierno de PP y Vox "haría lo imposible por enterrarla".
Llave de la gobernabilidad y foco mediático
Pese a las amenazas veladas de las últimas semanas y los tímidos cortejos del PP, las mismas fuentes aseguran que lo mejor es mantener a Sánchez donde está y empezar a hacer "política útil en el Congreso reclamando mejoras para los catalanes". Es decir, perseverar en la misma línea de los últimos meses mientras ERC se desangra en el peor momento de su historia reciente. El objetivo principal es seguir siendo la llave y continuar bajo el foco mediático.
Además, la negociación de una Mesa del Parlament “antirrepresiva” de cara al próximo 10 de junio -cuando se constituirá la Cámara autonómica- invita a ser prudentes al partido de Puigdemont, más allá de ciertas escenificaciones con motivo de la campaña europea.
10 de junio, fecha clave
A partir del lunes será cuando se despeje el panorama político en Cataluña y, con ello, ERC estará en disposición de seguirle la corriente a Puigdemont o empezar a gravitar alrededor de Salvador Illa.
Y, no menos importante, Sánchez comenzará sus próximos movimientos muy influenciado por los acontecimientos en una comunidad donde la investidura del PSC podría envalentonarle hacia la convocatoria de elecciones generales, junto con una victoria o dulce derrota en las elecciones europeas.