Los partidos catalanes están todavía digiriendo los resultados de las elecciones del pasado domingo. Aunque a unos les está costando más que a otros. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha sacado pecho de la victoria del 12 de mayo, que ve como un “primer gran paso” para construir una Cataluña “sin bandos ni bloques”.
En una carta dirigida a la militancia, ha admitido que el triunfo del PSC --que ha obtenido 42 escaños--, permite abrir una nueva etapa gracias, también, a las políticas del Gobierno de España y a la “apuesta firme de su presidente, Pedro Sánchez, por el diálogo y la convivencia”.
"Estabilidad, diálogo y progreso"
Subraya la necesidad de construir una “Cataluña inspiradora, que debe volver a ser sinónimo de estabilidad, diálogo y progreso”. “Una Cataluña que se pone en marcha, sin bandos ni bloques. Una Cataluña para todos los catalanes, vengan de donde vengan, piensen lo que piensen y hablen la lengua que hablen”, agrega el socialista en una misiva en la que agradece “profundamente” al conjunto del socialismo español la “complicidad” con el territorio catalán.
Hoy por hoy, Salvador Illa tiene todos los números de ser investido president, aunque la llave de la gobernabilidad la tiene ERC. Los republicanos atraviesan uno de sus momentos más delicados; han pasado de presidir la Generalitat a ser apeados por Junts de la hegemonía independentista, quedándose con tan solo 20 diputados. Este batacazo se ha saldado con la dimisión de Pere Aragonès y la reaparición de Oriol Junqueras, que hasta ahora ejercía como líder moral del partido en la sombra.
La pelota en el tejado de ERC
No es de extrañar que los de Junqueras se hagan de rogar hasta aceptar el rol que tendrán en esta nueva legislatura que arrancará en las próximas semanas y en la que deben decidir si apoyan la investidura de Carles Puigdemont; si quieren formar parte de un tripartito --junto a PSC y Comunes--; o si facilitan un gobierno en minoría de los socialistas a cambio de cargos en el sottogoverno de la Administración. Esto último les permitiría mantener la influencia que han tenido en los últimos años.
Otra opción, aunque la menos deseable, es que fuercen una repetición electoral. De ser así, sus resultados podrían empeorar. Y es que los electores suelen castigar al partido responsable del bloqueo.
Por el momento, el PSC ya ha iniciado la ronda de contactos para organizar las primeras reuniones en las que explorar posibles pactos para la constitución del Parlament --que debe llevarse a cabo el 10 de junio-- y la investidura del presidente de la Generalitat. Unas llamadas que no incluyen ni a Vox ni a Aliança Catalana.