El PSC no apoyará una investidura de Carles Puigdemont. Así de contundente se ha expresado la portavoz de los socialistas catalanes, Núria Parlon, que le ha recordado al prófugo que, quien ha ganado las elecciones autonómicas, ha sido Salvador Illa. De este modo, ha frustrado las expectativas de un dirigente de Junts que, hace unas horas, amenazaba con hacer tambalear la legislatura de Pedro Sánchez si los socialistas catalanes no se abstenían en segunda votación para facilitar su llegada a la Generalitat.
De hecho, Parlon ha confirmado que su prioridad es un tripartito de izquierdas con ERC y comunes, si bien tampoco ha cerrado la puerta a un gobierno en solitario de Illa con acuerdos puntuales. Ello implicaría la abstención de los republicanos y del PP.
"Una nueva etapa de diálogo y convivencia"
"No apoyaremos una investidura de Puigdemont por diferentes razones. Primero, porque la mayoría independentista se ha perdido. Segundo, porque hemos ganado las elecciones tanto en votos como en escaños", ha expresado Parlon, quien podría ser consellera de Interior en un futuro cercano. En una rueda de prensa, ha asegurado que la ciudadanía ha dejado claro que quiere "iniciar una nueva etapa donde el diálogo y la convivencia estén en el centro de las políticas que se desplieguen".
Una nueva era que no puede estar encabezada por Puigdemont, quien ha insistido en devolver a Cataluña a 2017, cuando se vivieron los momentos más álgidos del procés.
Una comisión negociadora
Con ese objetivo, los socialistas catalanes han emprendido una comisión negociadora que estará encabezada por la jefa de campaña, Lluïsa Moret; los responsables de la maquinaria del partido, Jose Luis Jimeno y Joaquín Fernández; y la número dos Alícia Romero. Ellos serán los encargados de hablar con todas las fuerzas políticas, excepto con la extrema derecha de Vox y de Aliança Catalana de la ultra Sílvia Orriols, que ha entrado al Parlament con dos escaños.
Salvador Illa tendrá que hacer equilibrios para llegar a la Generalitat, pero está más cerca que nunca. Hay varias opciones encima de la mesa. La primera, un tripartito de izquierdas con ERC y Comunes, con quienes alcanzaría los 68 escaños de la mayoría absoluta. La segunda, un gobierno en minoría que debería pasar por acuerdos puntuales y por la abstención de PP y republicanos.
El paso al lado de Aragonès
¿Es esta última es una opción viable? Los de Alejandro Fernández han sido muy claros durante la campaña: facilitarían la investidura de Illa siempre y cuando rompa con el separatismo. Mientras que los republicanos este lunes han dejado la puerta abierta a avanzar sin "personalismos", frustrando también las expectativas de Puigdemont y abriéndose a negociar con los socialistas.
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No cabe duda de que, hoy por hoy, ERC no está para exigir: los 20 escaños que obtuvieron este 12M podrían ir a menos en caso de provocar una repetición electoral. Está por ver si el paso al lado del candidato Pere Aragonès bloquea o facilita la gobernabilidad de Illa, que ya ha anunciado que se presentará una vez constituida la Mesa del Parlament.