Pedro Sánchez no solo acudirá al acto de final de campaña del viernes en Cataluña. También participará en un mitin el jueves en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), una visita sorpresa en la que quiere dar el impulso final a Salvador Illa a días de las elecciones autonómicas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Feria de Abril de Barcelona hoy EP

El presidente del Gobierno se ha propuesto monopolizar la escena política catalana, consciente de que una presidencia liderada por el PSC le da oxígeno para mantenerse en Moncloa. De hecho, las fuentes consultadas por este medio aseguran que la única forma de que se garantice la legislatura en Madrid es que Illa sea president.

Puigdemont, en segundo plano

El primer secretario del PSOE se ha convertido en un acicate para el PSC. Si hay algo que ha conseguido el socialista en los últimos días es opacar el protagonismo de Carles Puigdemont, quien ha acaparado la atención durante semanas al anunciar que se postulaba como candidato y que su intención era regresar a Cataluña para la sesión de investidura.

l presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès KIKE RINCON-EUROPA PRESS

Pero la estrella de Puigdemont se ha apagado. Y es que el amago de dimisión del presidente del Gobierno le ha convertido en el máximo protagonista de la escena, convirtiendo los comicios en un plebiscito a su persona. En este nuevo capítulo de su manual de resistencia, Sánchez no solo pretende dar un último empujón a un Illa que va primero en las encuestas, sino debilitar todavía más a los partidos independentistas con tal de que no sumen mayoría para articular gobierno.

Demostrar que su estrategia ha funcionado

Asimismo, quiere asociarse al éxito de los socialistas catalanes para remontar el vuelo y demostrarle al resto de España que su estrategia con Cataluña ha funcionado a través de los indultos y la amnistía. Un objetivo más fácil de alcanzar con una Esquerra Republicana que, en los últimos días, no se cierra a negociar con el PSC asegurando que es más importante el qué que el quién en los futuros pactos.

Y, no menos importante, con un Junts que va segundo en las encuestas, pero al que le está dañando su vinculación con la extrema derecha de la Aliança Catalana de la ultra Sílvia Orriols. Por ahora, los neoconvergentes no han sido tajantes y no han descartado aceptar los votos de la alcaldesa de Ripoll si son necesarios para que el prófugo sea investido president.  

El prófugo de la justicia Carles Puigdemont (Junts), durante su participación en un acto de la agencia EFE EFE / David Borrat

Con todo, las piezas del tablero político catalán se están alineando. Habrá que ver si Salvador Illa puede avanzar en el centro con el impulso de Sánchez o si los partidos independentistas cogen fuerza en los últimos días y logran dejar a un lado sus rencillas para articular una mayoría.

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