Me gusta / No me gusta... Anna Navarro Descals

La 'número dos' de Junts+Puigdemont al 12M, Anna Navarro Descals, por Andrea Rodés CRÓNICA GLOBAL

'Lo que me gusta de Anna Navarro Descals', por Andrea Rodés

Lo que más me gusta de Anna Navarro Descals (Olot, 1968), más conocida como Anna N. Schlegel, es su impresionante currículum como ejecutiva tecnológica. En California, donde ha vivido mucho tiempo, creó una empresa de traducciones, trabajó para Cisco Systems, publicó un libro sobre empresas y globalización y está implicada en varias iniciativas para impulsar la presencia de las mujeres en el sector TIC. Inspirador.

Me gusta que haya decidido poner su experiencia al servicio de Cataluña. “No vengo a calentar sillas, sino a trabajar por lo que nos merecemos los catalanes”, dijo en una entrevista reciente con la SER. Un perfil como el suyo en el Ejecutivo puede ayudar a desarrollar las condiciones que necesitamos para que evitar que el talento se escape o para que regrese el que se ha marchado.

Me gusta su mentalidad pragmática, influida por tantos años en Estados Unidos, que pretende aplicar en la política: “Me gustaría que las cuestiones no quedaran abiertas tanto tiempo. Como el aeropuerto. Tanta conversación y tantas opiniones están muy bien. Pero, finalmente, ¿qué se hará? Aquí no tardamos tanto. Si nos espabiláramos más y fuéramos más al unísono, estaría muy bien”, dijo en una entrevista reciente con Vilaweb.

Me gusta que, siendo de Olot, estudiase Filología alemana y se marchase a estudiar a la Universidad Humboldt cuando todavía estaba en el Berlín oriental. Llegó en 1987 y se quedó hasta la caída del muro. “Viví la locura de toda la transición de los alemanes del este, especialmente para los abuelos de mis hijos (está casada con un alemán). Berlín me fascina, tenemos familia”, explicó en otra entrevista con el mismo medio. Berlín es una ciudad fascinante, estoy de acuerdo con ella.

Me gusta que sea una persona sensible con los inmigrantes. Uno de los libros que más la han impresionado es la novela American Dirt (Flatiron, 2020), la historia de una familia mexicana de clase media que se ve obligada a emigrar de manera ilegal a los Estados Unidos cuando el padre, periodista, descubre una red de narcotraficantes. La novela, escrita por una autora estadounidense, despertó una gran polémica entre la comunidad hispana de los EEUU, acusándola de no estar bien documentada y de explotar los estereotipos sobre los inmigrantes latinos.

La 'número dos' de Junts+Puigdemont al 12M, Anna Navarro Descals, por Joaquín Romero CRÓNICA GLOBAL

'Lo que no me gusta de Anna Navarro Descals', por Joaquín Romero

Hace cuatro años, la revista Analytics Insight eligió a Anna N. Schlegel, entonces directiva de la empresa norteamericana NetApp, como la mujer más influyente del mundo tecnológico internacional. Sin que nadie haya confirmado que la Generalitat se enterara entonces de la existencia de la brillante olotina, un año después le concedió la Creu de Sant Jordi.

En 2023, la Cámara de Comercio de Barcelona consiguió colocarla en el consejo de administración de la Fira de Barcelona en representación del nacionalismo ultra que entonces dirigía el ente empresarial. A partir de ese instante, su nombre profesional empezó a perder el apellido de su esposo alemán para que aparecieran Navarro y Descals. Con el nombre completo real es como fue presentada en sociedad por Carles Puigdemont al anunciar su fichaje estrella para ir de número dos en la lista por Barcelona del 12M.

Recuerdo a un compañero de profesión que ejerció unos pocos años de corresponsal en Estados Unidos tan exageradamente fan de aquel país que a su regreso fue bautizado como El americano. Volvió fascinado por su modo de vida, sus costumbres, sus camisas, su café y, por supuesto, sus medios de comunicación. Abrazaba cualquier novedad que llegara de allí y siempre utilizaba un ejemplo yanqui para ofrecer solución a cualquier conflicto local.

La señora Navarro tiene la misma manía que aquel periodista, se empeña en explicarnos lo grande que es Norteamérica, que pone de modelo para todo, incluso en aspectos en los que está manifiestamente peor que España, como sucede en cuestiones tan básicas como el acceso a la educación y a la sanidad.

Encima, tiene un ramalazo clasista que tira de espaldas. Una imagen letal para una candidatura como la suya, que procede de la derecha catalana conservadora, pero que trata de pescar en todos los caladeros haciendo pasar independencia y república como sinónimos de progresismo e izquierdismo.

Su última aproximación a la realidad se ha evidenciado en la X, la antigua Twitter, donde ha puesto su nombre y apellidos reales, seguidos por el de su marido entre paréntesis. Su firma en la red, eso sí, continúa siendo la misma: @annapapallona.