La Iglesia ha sido uno de los ámbitos que también se han visto afectados en los últimos años por la politización llevada a cabo por el nacionalismo gobernante en Cataluña. Los ejemplos de ellos durante el procés han sido numerosos, y perduran en la actualidad. Prueba de ello es el uso de simbología secesionista en edificios eclesiásticos.
Tal es el caso de la iglesia de Sant Pere Pescador, un pueblo de Girona en cuyo campanario se aprecia un lazo amarillo, el símbolo con el que los simpatizantes independentistas expresaban su apoyo a los políticos presos del procés.
Este hecho ha molestado a algunos feligreses, que se han dirigido al párroco colgando este escrito en la puerta de dicha iglesia: "Como creyentes y seguidores de Cristo, agradeceríamos que resiráseis simbología no religiosa del campañario". Un texto, redactado en catalán, que también ha tenido repercusión en las redes sociales.