La pobreza se mantiene como uno de los principales problemas de Cataluña, al afectar a una cuarta parte de toda su ciudadanía. Un 25% de la población catalana vive en la actualidad en riesgo de pobreza o exclusión de forma estructural, incluso cuando la economía mejora, ya que el crecimiento del PIB no impacta en el bienestar social.

Así lo denuncia el informe Insocat 17. Cronificación de la pobreza y crecimiento de la precariedad, de Entitats Catalanes d'Acció Social (Ecas) presentado este martes.

Inflación, salarios y vivienda, grandes problemas

Dicho estudio señala que los dos grandes momentos de supuesta recuperación tras las crisis de 2008 y del coronavirus no han repercutido en una mejora del bienestar de la población desfavorecida. De manera que la "pobreza enquistada" se ha mantenido.

El informe apunta al encarecimiento del coste de la vida y, en especial, a la subida de los precios de la vivienda sobre todo desde 2020, sin una correlación en la evolución de los salarios como un elemento clave para entender este empobrecimiento de la población.

Cronificación

Marta García, integrante del consejo asesor del informe, advierte de que en Cataluña "existe una bolsa enquistada y sostenida de población que sufre pobreza de manera estructural".

"Hablamos de personas vulneradas sistemáticamente, de un 25% de la población con grandes dificultades para sostener una vida digna; sin acceso a una vivienda en condiciones, a una alimentación adecuada, a unos ingresos mínimos. Personas que hacen cosas inimaginables para sobrevivir", ha explicado.

Quim Brugué, coautor del informe, ha explicado que la evolución de la tasa Arope de los últimos 15 años muestra como, pese a ligeras fluctuaciones y oscilaciones, "el indicador se mantiene estable alrededor del 25% incluso cuando mejoran los indicadores macroeconómicos".

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