Me gusta / No me gusta... Manu Reyes

'Lo que me gusta de Manu Reyes', por Andrea Rodés

Me gusta que Manu Reyes sea un tipo cercano, que se acerca a los barrios de Castelldefels para saludar a los vecinos y escuchar sus quejas de forma totalmente informal y relajada. Sus vídeos en redes sociales, al ritmo del pop de Selena Gómez o Dua Lupa, transmiten buen rollo y ganas de bailar.

Me gusta que tuviera el valor de volver a presentarse a las elecciones municipales del año pasado a pesar de la amenaza de un nuevo todos contra Manu, un pacto de la oposición que lo dejó sin gobernar hace cinco años a pesar de haber ganado las elecciones con holgura.

Me gusta que compaginase los estudios con el trabajo de cajero en un supermercado, y el de celador y administrativo en un hospital público. A Manu Reyes no le faltan títulos: es licenciado en Derecho (UOC) y también en Administración y Dirección de Empresas (UOC), diplomado en Ciencias Empresariales (UOC) e ingeniero técnico de Telecomunicación (URL). Además, tiene un máster en asesoría fiscal y dirección tributaria, lo que le hace muy apto para empatizar con el sector empresarial. 

Me gusta que el pasado 8 de abril dedicara un post en Instagram para celebrar la riqueza, tradiciones y cultura de la comunidad gitana y su aportación a nuestras sociedades. “Reivindiquemos, siempre, la inclusión, el respeto y diversidad de todos como valores fundamentales”, escribe en castellano, como siempre.

Me gusta que de vez en cuando intercale fotos de sí mismo a punto de salir a correr —“empecemos el domingo con un poco de deporte”— y vídeos de sus visitas al Mobile World Congress (MWC), donde contempla con la fascinación de un niño robots con forma de perro y otras tecnologías punteras. “Ha sido todo un orgullo ver el gran potencial tecnológico que se está viviendo Barcelona”, escribe el alcalde de Castelldefels, firme defensor de que su ciudad colabore en la creación de una marca Barcelona siempre y cuando no los convierta en súbditos de la capital.

Y hay algo que tiene muy claro, aunque vaya contra los intereses de algunos líderes de su partido: su firme rechazo a la ampliación del aeropuerto de El Prat, si eso implica que pasen más aviones por encima de su ciudad. “A los vecinos de Castelldefels les va tremendamente mal”.

'Lo que no me gusta de Manu Reyes', por Joaquín Romero

Como le pasa a Xavier García Albiol, el alcalde de Castelldefels está por encima de su propio partido. Es lo que tienen los líderes locales, que llega un momento en que superan las siglas y la fortuna les pone frente a la tesitura de entregarse al personalismo o mantener el tipo. 

Manu Reyes es alcalde por segunda vez, aunque también ganó las elecciones municipales en 2015 y 2019, comicios que dieron lugar a alianzas alternativas que le impidieron llegar al gobierno local. Pese a su juventud (Barcelona, 1976), no tiene prisa: dispone de una buena formación académica y da la impresión de que siempre se ha movido paso a paso, una actitud que ha dado buenos frutos.

Las cosas de la vida: esos éxitos se han convertido en su peor enemigo porque ha llamado la atención de la dirección nacional del PP que quiere utilizarlo como ariete contra Alejandro Fernández, presidente del partido en Cataluña. Reyes, que es presidente de la organización en la provincia de Barcelona, está incómodo en ese papel que le otorgan desde la calle Génova porque su estilo no es el del enfrentamiento.

Al final, la derrota de Alberto Núñez Feijóo frente a Fernández tras el adelanto electoral en Cataluña le ha dado cierto respiro, pero poco. Va de segundo en la lista electoral, con Dolors Montserrat echándole un ojo de parte de Madrid y dirigiendo la campaña. No ha sabido zafarse y dejar para momentos más tranquilos el siguiente escalón de su carrera.