Los agricultores van en serio, y eso es señal de que, ahora sí, ya no pueden más. Cuando se va a cumplir un mes de tractoradas y protestas varias por la delicada situación que atraviesa el campo en distintos frentes, los payeses han participado este martes en el Parlament antes del pleno monográfico dedicado al sector primario en la Cámara catalana. Y desde la tribuna han denunciado el exceso de burocracia, la falta de relevo generacional y las décadas de “mala gestión” pública, mientras los diputados echaban balones fuera.
Antes del pleno, que ha comenzado a las cuatro de la tarde, unos 250 agricultores bien equipados con pancartas, cencerros y motosierras se han concentrado a las puertas del Parlament para reclamar mejoras en el sector. Allí, las cuatro organizaciones representadas han manifestado que esperan que la clase política “despierte” y deje de mirarlos “con recelo” y de criminalizarlos. Hasta ellos se han acercado varios diputados de Junts, en busca de la foto, encabezados por el presidente del grupo, Albert Batet.
Solo cuatro minutos
Una vez dentro, los payeses han tenido solo cuatro minutos (se han molestado, porque les habían prometido 15 minutos) para criticar el exceso de burocracia en el sector, han alertado de la falta de relevo generacional y han afeado la “mala gestión pública” de décadas, que ha desembocado en la situación actual. También han reprochado el incremento de los costes de producción, han acusado a la Administración de no hacer políticas pensando en el campo y han lamentado el “ataque frontal” que supone para ellos la Agència Catalana de la Natura, una nueva entidad que aglutina la protección, planificación, gestión, restauración, mejora y estudio del medio natural catalán.
Del mismo modo, piden la reestructuración de la Agencia Catalana del Agua (ACA), que ya comenzó con la salida de su histórico número dos, Jordi Molist, para que los agricultores tengan representatividad, pues consideran que se ha “querido culpabilizar” y criminalizar al sector por la gestión del agua en estos tiempos de sequía. En todo caso, “no es momento de pedir pasos a un lado ni dimisiones”, han asegurado. Para terminar, han defendido que se garantice la igualdad en el mercado agroalimentario, han pedido “adaptar la normativa” y han reclamado “una estrategia para defender el modelo de la agricultura familiar”.
Mirando al ministerio
Han hablado ante la Cámara catalana la representante de Plataforma Pagesa, Imma Puigcorbé; el presidente de la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC), Ramon Sarroca; el presidente de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (Jarc), Joan Carles Massot, y el coordinador de Unió de Pagesos, Joan Caball. Después, ha sido el turno de los políticos, que han respondido con evasivas y reproches entre ellos.
El presidente catalán, Pere Aragonès, se ha comprometido a “prometer poco”, pero “cumplirlo todo”, al tiempo que ha recordado que hay aspectos que no están en manos del Govern: la mesa donde se decide “buena parte de cómo se aplica la política agraria común (PAC) está en el Ministerio de Agricultura”, ha dicho. En todo caso, ha asegurado que su equipo trabajará para mejorar lo que esté en sus manos y luchará para que se produzcan estos cambios. En su opinión, hay que modificar la Ley de la Cadena Alimentaria, simplificar y reducir las cargas administrativas, y exigir “a los productos que vienen de fuera de la Unión Europea” lo que se pide a los agricultores catalanes.
Una renta básica y seguros agrarios
Por su parte, el conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (departamento que cambiará de nombre por petición de los agricultores), David Mascort, se ha pronunciado en la misma línea, empezando por mirar a Madrid y a Bruselas, pero también a la globalización y al cambio climático. “Lo que esté en nuestras manos lo haremos; lo que no, iremos a reclamar donde haga falta”, ha explicado. En un año termina la legislatura.
En cualquier caso, Mascort ha planteado la posibilidad de establecer una renta básica agraria “con especial prioridad para los jóvenes y las pequeñas explotaciones ganaderas”, así como la creación de un sistema de seguros agrarios propio de Cataluña que dé cobertura a “las diferentes circunstancias”. También ha pedido el apoyo de los grupos parlamentarios para modificar la Ley de la Cadena Alimentaria “para que establezca costes de referencia a cada uno de los sectores”, así como propone la creación de una distribuidora pública catalana y más herramientas para el control de costes.
Nadie se responsabiliza
Entonces, han comenzado los reproches de los demás grupos, comenzando por Junts, con Albert Batet, quien ha pedido al Govern un “cambio de rumbo” y ha recordado que Mascort “lleva ocho años en el departamento como conseller o secretario general, y es evidente que algo no funciona”, olvidando que su formación ha formado parte del Ejecutivo en tiempos recientes, ya sea con esta denominación o con otras (JxSí, CDC). “El sector reclama menos papeles, más dinero y un poco de prestigio”, ha resumido después Salvador Vergés. Piden la desburocratización del primer sector, entre otras medidas.
También el PSC, con Rosa Maria Ibarra, ha acusado al Govern de haber ido “tarde y mal” con las reivindicaciones agrarias. Además, ha reprochado que los acuerdos a los que ha llegado no solucionarán sus problemas, sino que “aportarán más frustración”. “Si se trata de ser constructivos, cuenten con nosotros; para fotos, para pesca precipitada en el mercado preelectoral y demás cosas del estilo, olvídense de mi grupo”, ha proseguido el primer secretario de los socialistas, Salvador Illa, quien ha apostado por la “sostenibilidad” sin perjuicio de la “viabilidad” del campo.
Reproches al Govern de ERC a un año de las elecciones
Ignacio Garriga (Vox) ha criticado a ERC, PSC y Junts por “condenar a la ruina” al sector primario catalán porque, según él, se ha legislado para perjudicarlo con fines ideológicos. Mientras, Dani Cornellà (CUP) ha exigido al Ejecutivo que deje de “tratar con condescendencia” a los agricultores, asuma sus responsabilidades y escuche las demandas: no es suficiente “dar palmaditas en la espalda y hacerse fotos con los tractores”.
Enric Bàrcena (comuns) ha reclamado un “pacto de país” para declarar como sector estratégico la agricultura y la ganadería, y ha defendido que se base en una alianza entre el campo y la ciudad, productores y consumidores. De este modo, ha reclamado que este debate “no caiga en el oportunismo ni sea efímero”, y ha apostado por “actuar ante la especulación en el sector por grandes empresas nacionales y multinacionales”.
El gran potencial de Cataluña
Desde Cs, Marina Bravo ha instado al Parlament a escuchar los desafíos que, según ella, “ponen en riesgo” la viabilidad de la agricultura, como los costes, “la presión de trabajar con unos márgenes cada vez más pequeños”, la burocracia, las regulaciones ambientales y la competencia desleal: “Eso que hace este Govern echando las culpas a Madrid, también lo hacen algunos en nombre del ecologismo cuando echan las culpas de todo al campo”.
Por último, el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, ha criticado la “arrogancia burocrática” que sufre el sector agrícola y se ha mostrado abierto a votar a favor de propuestas vengan del grupo parlamentario que vengan. Sin embargo, ha mantenido que la solución al ámbito rural “no es volver al neolítico o a un sector agrícola medieval”, y ha remarcado el potencial de Cataluña para ser líder tecnológico y en exportaciones.