Cataluña está en emergencia por sequía, pero tiene una todavía más grave: la "emergencia lingüística". Ese es el término que ha utilizado el expresidente de la Generalitat, Quim Torra, para pedir a todos los alcaldes catalanes que desarrollen "una campaña unitaria por el catalán" en sus municipios.
“A todas las entidades cívicas y culturales del país, a todos los centros de cultura, a toda la comunidad educativa, a todos los ayuntamientos: es el momento de asumir con todas las consecuencias y nuestra responsabilidad en el futuro de la lengua y coordinar todos los esfuerzos y actividades”, ha dicho.
"'En Vilassar, en catalán'"
En un artículo en El Món, Torra ha sacado pecho de una campaña impulsada en Vilassar de Dalt --municipio del Maresme gobernado por la republicana Casola Llaudó-- y que él mismo inauguró en una conferencia el pasado 31 de enero bajo el lema Si la lengua falla, fallará todo. En el acto, organizado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), participaron también la regidora de Política Lingüística, Carme Terradas, la profesora Mireia Miranda y otros dirigentes de entidades independentistas, como explicó el propio expresident en su blog personal.
Según él, todos los municipios de Cataluña deberían copiar la iniciativa A Vilassar, en català, con el objetivo de “discutir la situación de la lengua, proponer iniciativas, implicar a toda la ciudadanía de todas las edades, generar proyectos, sumar esfuerzos”. En defintiva, “trabajar de manera estable y coordinada, por el uso social del catalán en todos los ámbitos y en todos sitios”.
De este modo, el expresidente de la Generalitat se alinea una vez más con las tesis de la autollamada ONG del catalán, Plataforma per la Llengua, que promueve no cambiar al castellano aunque la otra persona no entienda el catalán. También son los mismos que acosan a los castellanohablantes en ámbitos como la sanidad y hacen listas de establecimientos que no atienden o tienen su carta en catalán.