Carles Puigdemont insiste en sus ofensas a la justicia española en plenas negociaciones de su partido, Junts per Catalunya (JxCat), con el Gobierno español para amnistiar los delitos del procés. El expresidente de la Generalitat fugado ha vuelto a expresar su desprecio al poder judicial manifestando que "los cuervos togados se revuelven y enseñan las garras y colmillos" ante las aspiraciones del ultranacionalismo catalán.
Así lo ha manifestado el eurodiputado posconvergente en un escrito en su perfil de Instagram, donde ha recurrido a su habitual victimismo y agresividad verbal el día antes de la polémica reunión que Junts mantendrá en Suiza con dirigentes del PSOE ante un "verificador" internacional.
Puigdemont, de hecho, ha admitido de forma velada su aspiración de que Cataluña se separe del resto de España para que los delitos cometidos por el secesionismo resulten impunes ante la ley, acudiendo al tópico de que España, una democracia contrastada y reconocida por la UE, es una suerte de dictadura.
"Estructuras franquistas"
"Sabemos que la represión contra el independentismo no se parará del todo mientras no seamos una república libre de toda atadura con las estructuras franquistas. Pero no por eso tenemos que dejar de combatirla y de aspirar a reducir el máximo su alcance. Por eso los cuervos togados se revuelven y enseñan las garras y colmillos, y se les pone cara de general Pavía", ha espetado el dirigente ultranacionalista.
Puigdemont, asimismo, advierte de que no caerá "en la trampa de actuar y decidir en función de las presiones" -algo que choca con su obra de gobierno, pues a causa de ellas proclamó la secesión de Cataluña en octubre de 2017 en vez de convocar elecciones-. Según él, "llevamos unos cuantos meses de actividad intensa", y se muestra convencido de que también lo serán las próximas semanas: "Hace años que hemos aprendido a aguantar la posición contra todo tipo de ataques y amenazas", advierte.
"Para algunos esto debe ser nuevo; para nosotros es el pan de cada día. No me gusta, claro, pero hace muchos años que he aprendido a prescindir de ello y a no caer en la trampa de actuar y decidir en función de las presiones (de unos y otros)", señala.