La comisión de garantías de Junts tiene diez días para decidir si toma represalias contra la diputada y secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula, por decir que en su partido se dan "violencias silenciosas" por parte de "compañeros y compañeras". Pero no será la presidenta de este órgano interno, Magda Oranich, la que se encargue de esta investigación, pues se ha autoexcluido porque quiere salir de este "nivel tóxico" que rodea a la presidenta de la formación, Laura Borràs.
Tal y como ha avanzado Crónica Global, la abogada no formará parte de este procedimiento interno, como tampoco lo harán otros miembros que han participado en la denuncia contra Madaula, entre ellos el diputado Quim Jubert --según fuentes cercanas--.
La mala relación con Borràs
La relación entre Borràs y Oranich no es buena. Sobre todo después de que la abogada fuese la encargada de investigar el presunto abuso de poder que ejerció Francesc de Dalmases contra una periodista del Faqs de TV3, a quien intimidó por preguntarle a la entonces presidenta del Parlament sobre su caso de corrupción. Las conclusiones fueron demoledoras y, de hecho, Oranich reconoció presiones de Borràs mientras redactaba el documento.
Este caso la "desgastó" tanto que, ahora, apuesta porque sea otra persona con una trayectoria destacada en el espacio neoconvergente la que asuma la investigación del caso Madaula. Se hará con "total transparencia", ha asegurado en una entrevista en Els Matins de TV3, donde ha confirmado lo que ya avanzó este medio.
Las acusaciones de Madaula evidenciaron, de nuevo, la crisis interna en Junts por el control del partido. Hoy por hoy, existe una pugna entre sector más pragmático, el de Jordi Turull, y el de Borràs, que se limita a un círculo muy reducido integrado por la propia Madaula, Jaume Alonso Cuevillas, Cristina Casol y Francesc de Dalmases, quienes "no representan a más del 30% de la militancia”, aseguran las fuentes consultadas por este medio, que dan por hecho que los turullistas se impondrán en un futuro.