El conseller catalán de Interior, Joan Ignasi Elena, ha logrado sacar rédito político al endiablado desalojo de las casas okupadas de El Kubo y La Ruïna de Barcelona, que los Mossos d'Esquadra están vaciando hoy. El titular de Interior ha arropado a los agentes que han ejecutado el vaciado, consiguiendo, también, una codiciada foto con los efectivos policiales.
Ha ocurrido poco después de las diez de la mañana, cuando el desalojo de los dos inmuebles allanados llegaba a su fin. Una vez bajo control --salvo por un okupa colgado que los Bomberos ayudarán a bajar--, la cúpula de Interior se ha presentado en el lugar para felicitar a los efectivos policiales.
Visita 'in situ'
Elena, acompañado de Pere Ferrer, director general de los Mossos d'Esquadra, y Eduard Sallent, comisario jefe del cuerpo, se han personado en la calle de Sant Joan de La Salle, ante dos okupas semidesalojadas, para estrechar la mano a los funcionarios.
Sin hacer declaraciones, el trío ha realizado una visita in situ a las labores de desalojo, que están llegando a su fin. Solo resta bajar a una persona que cuelga de la fachada de El Kubo, y a otras tres apostadas en el tejado de La Ruïna.
Ciudadanos y Vox, presentes
Además del conseller de ERC, otros partidos también se han dejado ver en La Bonanova hoy. Ha acudido a presenciar el desalojo okupa la diputada autonómica de Ciudadanos Anna Grau, la electa que arrancó las protestas semanales contra los dos bloques allanados.
Asimismo, ha presenciado los laboriosos trabajos policiales Gonzalo de Oro, presidente del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona.
Duros incidentes dentro y fuera
Horas antes, los Mossos d'Esquadra han tenido que lidiar con violentos incidentes provocados por los okupas para impedir su desalojo. Los antisistema atrincherados en los inmuebles les han lanzado bengalas, botes de humo, pintura y objetos contundentes.
Fuera del perímetro de seguridad, una marcha okupa de apoyo a los dos edificios que ha partido de Vallcarca a las 5:30 horas de la mañana ha terminado en algaradas. Los anarquistas han cruzado contenedores, han vandalizado entidades bancarias durante un periplo por la zona alta de Barcelona. No han conseguido llegar a El Kubo y La Ruïna, como pretendían.