“Nos falta un voto, no será difícil conseguirlo”. Habla un alto dirigente del PSC, en referencia al gobierno de la Diputación de Barcelona. Tras el rechazo de Junts per Catalunya (JxCat) a reeditar el pacto con los socialistas, éstos han centrado sus negociaciones con los comunes. Pero necesitan un tercer aliado.
Por su parte, los neoconvergentes apuestan por una alianza independentista con ERC, pero también requieren del apoyo de un tercer partido. Tres alcaldes acaparan la atención de esos tanteos para gobernar el organismo supramunicipal: Marc Castells (Igualada), Xavier García Albiol (Badalona) y Jordi Ballart (Terrassa). Incluso un cuarto aparece en las quinielas, Sergi Vallès (Torrelles de Foix).
La equidistancia de Castells
Marc Castells, alcalde de Igualada, es uno de los principales cargos territoriales que le quedan a Junts. Fueron Castells y David Bonvehí, presidente de PDECat, quienes negociaron en 2019 el pacto de gobierno en la Diputación de Barcelona con PSC. Un pacto que fue bendecido por Carles Puigdemont, pero la presión de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) provocó que el núcleo duro del fugado renegara posteriormente de esa sociovergencia.
La convocatoria anticipada de las elecciones generales ha endurecido ese discurso anti-PSC de Junts por parte de quienes se sienten garantes de las esencias secesionistas.
En los comicios del pasado 28M, Castells negoció con Junts una lista conjunta para evitar la disgregación del voto. De ahí que fuentes locales vean complicado que el alcalde se desmarque y vote en favor de un acuerdo PSC y comunes, a pesar de su apuesta por la sociovergencia. Postura que comparte Sergi Vallès, alcalde de Torrelles de Foix y secretario general de Impulsem Penedès, que también ha entrado en las quinielas.
¿Presión a Junts?
No pasó desapercibida la presencia de Laura Borràs –dirigente de Junts que rechaza el pacto con los socialistas— en la investidura de Marc Castells el pasado 17 de junio. Sin embargo, otras fuentes soberanistas no ven descabellado que este cargo municipal pudiera ceder su voto a cambio de conseguir inversiones para Igualada.
“Su nombre circula, efectivamente, quizá para presionar a Junts”, añaden estas fuentes. Sin embargo, los neoconvergentes dieron ayer carpetazo a una renovación del pacto en la Diputación –el que ha permitido a Marcela Topor, esposa de Puigdemont, mantener un programa de televisión sin apenas audiencia, pero muy bien pagado— en respuesta a la “operación de Estado” que, sostienen, permitió a Jaume Collboni ser alcalde de Barcelona.
Se refieren a la mayoría lograda por el socialista, con los votos de comunes y PP. Un acuerdo, que, de momento, no implica la entrada del partido de Ada Colau en el gobierno municipal y que ahora es visto como la fórmula en la que los socialistas podrían retener el gobierno del ente supramunicipal.
Si en el Ayuntamiento de Barcelona fue Daniel Sirera, el candidato popular, el que acaparó toda la atención, ahora es Xavier García Albiol, alcalde de Badalona, quien podría decantar el gobierno de la Diputación. Fuentes populares admiten la predisposición a negociar, pero los comunes rechazan cualquier fórmula que incluya votar un gobierno junto al PP.
También adoptaron esta postura en vísperas de la investidura de Collboni, pero luego accedieron a dar sus votos, lo que evitó que Xavier Trias (Junts), apoyado por Ernest Maragall (ERC), se hiciera con la vara de mando como alcalde.
Pactos en otras diputaciones
Estos dos partidos independentistas exploran un pacto para gobernar la Diputación de Barcelona. Los republicanos presiden las diputaciones de Tarragona y Lleida gracias al apoyo de PSC, mientras que en la de Girona son los neoconvergentes quienes lideran el organismo supramunicipal, tras un pacto con ERC. El mismo que intentarán repetir en Barcelona, pero necesitan a un tercer partido. O mejor dicho, un voto. Y ahí es donde entra en juego Jordi Ballart, alcalde de Terrassa (Tot per Terrassa).
Contra todo pronóstico, Ballart ganó las elecciones en 2019 por amplia mayoría. Y repitió cuatro años después. El primer edil de la ciudad vallesana abandonó el PSC por discrepar de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en respuesta al desafío independentista. Sus relaciones con los socialistas, actualmente, son muy malas, de ahí que resulte casi impensable que Ballart pueda ceder su voto a PSC y comuns, tras ser investido alcalde tras el 28M con apoyo de ERC y Junts.