Ada Colau tomó la vara de alcalde en 2015 con la gran promesa de acabar con la carencia sistémica de vivienda pública en Barcelona. La solución fue prometer 8.000 de nuevo cuño en la ciudad, la cifra maldita que ha perseguido a la líder de los comunes y que ella misma elevó a 8.800 tras reeditar la alcaldía en 2017. Y es que, a pesar del argumentario esgrimido hasta la fecha por su formación, la política y activista dejará este sábado la alcaldía con un sonoro fracaso en vivienda pública local.
En ocho años sólo se han incorporado 4.100 viviendas al parque público de la capital catalana. Y, de todas ellas, el 25% se iniciaron en la etapa anterior, durante el mandato de Xavier Trias.
Detalles del fracaso
Los comunes han asegurado que los 4.700 pisos que faltan de los que prometieron para Barcelona se ejecutarán hasta 2025, un plazo más amplio de lo previsto en un primer momento. Con todo, incluso esta previsión peca de optimismo.
Si se observa con detalle la actividad promotora municipal en los últimos ocho años, las cifras aún sacan más los colores a los comunes. Cerca de 2.100 viviendas provienen de construcciones realizadas por el Ayuntamiento de Barcelona. Las otras 2.000 fueron adquiridas a golpe de talonario: en la mayoría de casos, el consistorio ejerció su derecho de tanteo y retracto para evitar operaciones privadas que aseguró que eran lesivas para la ciudad (como la compra del edificio de Balmes 16, por el que pagó más de ocho millones de euros), aunque otros inmuebles se obtuvieron de particulares o a partir de cesiones destinadas al alquiler.
Sí que existen otras 4.000 unidades que estarán en el mercado en el corto y medio plazo, ya que son edificios en obras, proyectos en proceso de licitación o que se empezarán a construir en 2024. Se apunta a que los futuros inquilinos podrán entrar a vivir en estos inmuebles a partir de 2027.
Solares vacíos en toda la ciudad
Barcelona tiene suelo público para edificar hasta 20.000 viviendas, pero en la mayoría de solares las obras ni están ni se las espera. O, lo que es lo mismo, los comunes ni siquiera han iniciado el proyecto ejecutivo básico, el primer paso que se debe dar para la construcción. No es por falta de suelo en la ciudad, ya que los solares públicos vacíos donde se podría erigir la tan necesitada vivienda pública local se pueden identificar de forma sencilla en paseos por barrios con un gran número de promociones iniciadas en los últimos años, como el Poblenou.
En cuanto a los bloques pendientes de construcción, en muchos casos no se han proporcionado detalles ni de las ubicaciones concretas o los plazos de la ejecución de las obras. Ni siquiera se han iniciado los procesos de concurrencia pública que son necesarios para la ejecución de las obras, y que son largos por la burocracia que requieren los procesos.
La inversión en vivienda de Trias
En el mandato anterior, encabezado por Xavier Trias, el Ayuntamiento de Barcelona obtuvo 232 millones de euros con la concesión del servicio público de aparcamientos a la empresa Saba. De esta cantidad, 100 millones de euros fueron destinados a la ampliación del parque de vivienda pública en los años siguientes.
Se destinaron 50 millones a la construcción de 500 pisos de nueva promoción, mientras que los otros 50 millones se utilizaron para la compra de 300 viviendas y el alquiler de otras 200 a particulares. Las propiedades fueron incluidas en la oferta pública de alquiler a bajo coste.
Las cifras reales de Colau
Las 1.000 viviendas públicas creadas por Xavier Trias no se incluyeron en el parque público hasta el año 2016, cuando se completó su construcción. Es decir, casi el 25% de los pisos incorporados en los últimos ocho años no pueden atribuirse a Ada Colau. La cifra real de vivienda pública promovida durante los gobiernos de Barcelona en Comú se limita a 3.100 unidades.