ERC, PSC y la CUP han anunciado un primer acuerdo de cordón sanitario para impedir que el gobierno de Ripoll quede en manos de la ultraderechista independentista Sílvia Orriols (Aliança Catalana). Sin embargo, necesitan del apoyo de Junts, por lo que este movimiento se entiende como una forma de presión a la formación posconvergente.
En un breve comunicado que ampliarán el martes ante los medios, los tres partidos firmantes han expresado que, "dado que la población de Ripoll expresó su voluntad de cambio el 28M y ante la incapacidad de conseguir apoyos para gobernar por parte de las otras formaciones, se ha llegado a un acuerdo para un gobierno progresista en Ripoll, que permitirá la gobernabilidad durante los próximos cuatro años".
Borràs genera un gran revuelo
Orriols fue la vencedora en las urnas en las últimas elecciones municipales: Aliança Catalana obtuvo seis diputados, los mismos que suman Junts (3) y ERC (3) y uno más que los conseguidos por PSC (2) y CUP (2). Pero para evitar que ella sea la alcaldesa hay que buscar una alternativa que alcance la mayoría absoluta (9). Si los cuatro oponentes se ponen de acuerdo alcanzarían los 10 concejales.
El caso de Ripoll es paradigmático, pues el discurso trumpista ha calado en la cuna del 17A. Pero, además, en las últimas horas se ha generado un enorme revuelo después de que la presidenta de Junts, Laura Borràs, se mostrase "partidaria" de que gobierne la lista más votada. Horas después, el partido la corrigió y manifestó que hay que combatir siempre a formaciones como Aliança Catalana, por lo que se abrió a sumarse a ese cordón sanitario.