Toni Soler se mofa de su imputación por un gag de TV3: "Tengo pilates"

El director y presentador del programa Està Passant de TV3, Toni Soler, se ha tomado a chufla la citación judicial que pende sobre él al estar investigado por un delito de injuria a raíz de un gag en el que se hacía burla sobre la figura de la Virgen del Rocío.

Soler deberá declarar en el juzgado el próximo 27 de octubre junto a dos de sus colaboradores -el también presentador Jair Domínguez y la actriz Judit Martín- a causa de una denuncia por una parodia emitida el pasado 4 de abril en TV3, en la cual se representaba una entrevista a la Virgen del Rocío.

A pesar de ello, Toni Soler se toma a mofa y con cierto desdén la acción de la justicia, pues en la emisión de su programa de ayer miércoles explicó que "me va fatal. Es viernes y yo tengo Pilates a esa hora. Y yo aún, pero la Virgen del Rocío es muy suya y aparece cuando quiere", afirmó.

Promoción de un medio privado afín

El presentador y empresario televisivo, asimismo, realizó este monólogo en la televisión pública de la Generalitat de Cataluña mientras en pantalla aparecía el titular de la noticia en cuestión publicado en el diario Ara, así como el logotipo de éste.

Se da la circunstancia de que Minoria Absoluta, productora de Està Passant de la cual Toni Soler es propietario, es a su vez accionista y de dicho medio de comunicación privado, además de haber sido él mismo uno de sus fundadores.

Jair Domínguez también se burla: "No pienso gastar gasolina"

Al igual que Soler, otro de los presentadores del programa, Jair Domínguez, ya expresó ayer miércoles su desdén hacia la citación judicial con este comentario en sus redes sociales: "Me tendrán que llevar en coche patrulla porque no pienso gastar gasolina para ir a declarar".

Durante el gag en cuestión, la actriz que representaba a la Virgen del Rocío se quejaba, fingiendo acento andaluz, de la aparatosidad de su traje: "¡Llevo 200 años sin poder echar un polvo como Dios manda!", dijo, antes de intentar flirtear con Domínguez mientras Soler reconocía que no sabía "qué decir para no cagarla".