Medida extraordinaria en el Canal de Urgell. La tubería principal que irriga el Urgell, el Pla d'Urgell, la Noguera, las Garrigues y el Segrià ha dejado este martes al mediodía sin una gota de agua a 50.000 hectáreas de cultivo debido a la sequía que sufre Cataluña.
La grave situación en el canal, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, ha reavivado las críticas del Govern contra el Estado por la falta de inversiones en el territorio. Ello pese a que la Agencia Catalana del Agua (ACA) no puede presumir de haber modernizado sus propias infraestructuras durante los últimos años.
Campaña de riego finiquitada
De hecho, la Generalitat se ha visto forzada a decretar una contención del uso de agua y a endurecer las multas a los municipios ante la falta de reservas en los pantanos.
El corte del grifo para los cultivos pone fin de forma anticipada a la campaña de riego iniciada en abril, cinco meses antes de lo habitual. Tan solo se salvarán del cierre hídrico unas 20.000 hectáreas, puesto que el conducto auxiliar que lleva agua desde la Noguera Pallaresa seguirá abierto hasta septiembre.
El agua de boca, garantizada
Sin embargo, las compuertas principales del canal se han cerrado debido a las reservas extremadamente bajas de los embalses de Oliana y Rialb y la cuenca del río Segre.
Pero la infraestructura no quedará totalmente seca. En todo momento circulará una fina lámina de agua que abastecerá a los municipios de las cinco comarcas leridanas donde viven unas 77.000 personas. Si bien esta agua solo se utilizará para uso doméstico, industrial y ganadero.
Pérdidas millonarias
La comunidad de regantes ya ha advertido que se producirán pérdidas millonarias. Ni los agricultores especializados en el cereal ni la fruta, principalmente manzana y pera, tienen sus cosechas aseguradas.
Todas las miradas están puestas en el cielo: las precipitaciones de la primera quincena de mayo serán claves para salvar las producciones.
Jordà ataca al Gobierno
Por su parte, la consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, ha exigido al Gobierno que consensue la modernización del canal, para el cual la Generalitat está dispuesta a sufragar un 60% del coste. En un comunicado conjunto con los agricultores, la dirigente ha mostrado su "enfado" y "preocupación" por la falta de inversiones del Estado, pese a que el Govern tampoco se ha marcado como prioridad esta obra.
Mañana miércoles se celebrará una junta de regantes en la Confederación Hidrográfica del Ebro para abordar la situación y negociar las posibles compensaciones económicas así como la declaración de zona catastrófica.