David Madí planificó desde su despacho de paseo de Gràcia de Barcelona la operación de Ambulancias Egara, que ha derivado en su imputación en la Audiencia Nacional en una pieza separada del caso 3%. El empresario independentista también entabló contactos con el gigante Falck cuando el grupo danés buscaba entrar en Cataluña. Tanto esta firma como Egara lograron cada una tres lotes del macroconcurso de las ambulancias de Cataluña, que tuvo una dotación de 2.000 millones de euros.
Lo explican fuentes cercanas a la investigación que se sigue en la Audiencia Nacional, que instruye el juez titular de la Sala Central de Instrucción número 5 Santiago Pedraz. En el marco de estas pesquisas, se conoce que Madí entró en contacto con Egara en 2011, en una primera reunión que puso en contacto a las dos partes. Al cónclave asistieron el propio Madí, Óscar Simón, gerente familiar de la transportista, y una tercera persona.
En su despacho y con el entorno de Izagirre
Desde Egara se admite este contacto y se explica que se enmarca "en la búsqueda de inversores". Pero fuentes judiciales dan más datos. "Simón comunicó que la familia le había cedido la gestión de la empresa. Que él se encargaría de gestionar Egara a partir de ahora". ¿Por qué se fueron a ver con Madí? "Fue en el marco de un roadshow para buscar inversores de cara al concurso de 2015", indican estas voces. Madí prometió que "se lo estudiaría".
En efecto, el transporte sanitario temía la llegada de los grandes grupos a la licitación catalana, que iba a ser muy apetitosa por su duración: diez años, y por ende, su dotación presupuestaria: 2.000 millones de euros, 200 por año. En este contexto, las empresas regionales buscaron aliados para frenar a los grandes y ganar lotes. Simón acabó en el despacho de Madí en el paseo de Gràcia. "El empresario acababa de salir del Govern de Artur Mas (CiU) --había sido secretario de Comunicación-- y se ofrecía para invertir en proyectos estratégicos, de país", explican las mismas fuentes.
El entorno de Fernando Izagirre
En este contexto, Óscar Simón se plantó frente al empresario independentista. Pero no lo hizo solo. "Intermedió la operación el entorno de Fernando Izagirre", agregan. Izagirre es exdirector de Emergencias del Gobierno vasco y principal investigado en el caso DYA, que tutela el juzgado de Instrucción número 5 de Bilbao. Se investiga el presunto saqueo de la oenegé de ayuda en carretera. "Fue el entorno de Izagirre quien acercó a Óscar Simón a David Madí", insisten las mismas voces.
Con ello, se pusieron en contacto dos esferas empresariales que ahora han mutado en presuntos casos de corrupción: el caso DYA, que implica a Izagirre, y el caso 3%, en el que está investigado Madí. Nada era casual. "Izagirre y Ambulancias Egara habían hecho negocios antes de 2011, y el entorno del primero convenció a los segundos con ir a ver a Madí para buscar socios de cara al concurso".
La reunión del Don Cándido
Hubo más. En aquel momento, en 2011, el también exdirectivo de Deloitte y Endesa era tan influyente que le venían a ver hasta los gigantes del sector. "La danesa Falck buscaba entrar en Cataluña --como finalmente consiguió-- y acudió a visitar a Madí por medio del abogado español que contrataron", añaden. "Finalmente, la operación no cuajó y Falck se decantó por aliarse por su cuenta con Vicente Lázaro, una transportista de Granollers (Barcelona)". Por ello, cuando Falck acudió al concurso de 2015, su unión de empresas se llamó Falck-VL. Le compró el 25% de acciones en 2021, como explicó este medio.
La operación de Egara sí cuajó. El entorno de Madí compró Ambulancias Egara. Lo hizo, oficialmente y según el Registro Mercantil, el 6 de junio de 2016. Pero como detalló Crónica Global, la operación se había cerrado en el Hotel Don Cándido de Terrassa (Barcelona) en una reunión celebrada anteriormente. La Fiscalía Anticorrupción, que lidera José Grinda, investiga si esa cumbre fue anterior al concurso de 2015 y si el cónclave sirvió a los hombres delegados de Madí para prometer a Simón de que debía venderles la empresa porque podían conseguirles lotes en la macrolicitación en ciernes. Ello, claro, conllevaba que tenían poder para manipular el procedimiento. Correspondía repartir los lotes a Josep Maria Padrosa y Jaume Heredia, ambos nombrados por CDC en la Consejería de Salud.
Entran Ferran y García-Cascón
Sean cuales fueren las promesas, Egara cambió de manos. Cayó en las redes de Fermí Ferran y Álex García-Cascón, que ahora son máximo accionista y CEO. Ambos venían de la multinacional del juego Cirsa, pasaron por el FC Barcelona y "eran de la máxima confianza" de Madí. Como él, también están imputados en la pieza separada del 3% sobre ambulancias.
En algún momento, se cree que los dos directivos diseñaron una estrategia para aliarse con empresas, hundirlas y quedarse con su facturación. Pasó con Ambulancias Lafuente, con la que habían acudido al concurso catalán, llevándose tres lotes: Tarragona, Lleida y Ebro. Después, tras 2020, volvió a ocurrir con la vasca Ambulancias Maiz, con quien Egara concursó en la licitación de transporte no urgente de Aragón. La ganaron. Hubo una diferencia: Maiz se ha resistido a ser devorada por Egara porque tiene una tesorería más fuerte que Lafuente.
Segundo favor de Izagirre
La trama presuntamente corrupta es circular. Si en 2011 hombres de la confianza de Fernando Izagirre guiaron a Óscar Simón al poderoso despacho de David Madí en paseo de Gracia, en 2020 el propio Izagirre reapareció en escena. Esta vez fue para volver a ayudar a Egara a devorar a Maiz. Izagirre era el presidente de la DYA Vizcaya, propietaria del 50% de la transportista vasca. Desde ese rol, ayudó a dar un golpe de estado en el comité de dirección de la unión temporal de empresas (UTE) de Aragón y posibilitó que Egara pasara a regir el 100% de la empresa. Así pues, Izagirre, un exconcejal del PNV en Galdácano que también pasó por Lakua, había premiado --y jugosamente-- a Ambulancias Egara en dos ocasiones en nueve años: en 2011 y 2020. ¿A cambio de qué?
"Izagirre y Fermí Ferran se gustaron el uno al otro, se sentían importantes y cercanos al poder. A Izagirre le encantaba aproximarse a los círculos de influencia y Ferran le brindó esa oportunidad", responden otras voces del sector. Fueron ellos dos personalmente quienes negociaron en diversas videoconferencias el diseño de la UTE de Aragón que, a la postre, ganó y acabó dirigiendo Egara en solitario. Se repetía la historia: la egarense copiaba la absorción violenta de Ambulancias Lafuente. Y pasaba a valer mucho más dinero.
Las malas artes vascas y catalanas
En retrospectiva, los nombres se repiten una y otra vez. Conforman un magma que comenzó a gestarse a mediados de los 2000 con la llegada de la DYA vasca a Cataluña. Izagirre y sus aliados trataron de hacerse con el transporte sanitario, primero, y al no lograrlo, irrumpieron en el recinto de entrenamiento de emergencias Can Padró, en Sant Vicenç de Castellet (Barcelona), propiedad de Eulen. Desde allí comenzaron a tejer redes de contactos y negocios. Incluidos, sobre todo, contactos con fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que entrenaban allí. En ese marco se produjo su contacto con Ambulancias Egara y Óscar Simón. El directivo familiar pecó de ingenuidad: se dejó llevar por lo que era el embrión de una trama presuntamente criminal. A su vez, en 2021, Izagirre cayó en desgracia y salió de la DYA --que irá a concurso, avanzó El Correo-- y el Gobierno vasco. Por su parte, Can Padró ha acabado liquidada. Ahora, en 2023, su favor inicial a Egara lo están pagando a quienes ayudó.
Pero las fuentes consultadas destacan dos cosas: Simón entregó "inocentemente" Egara a los hombres de Madí "porque éstos les prometían que ganarían lotes en el concurso de 2015". Si ello es así, pudo haber alteración masiva de la licitación y graves delitos, como investiga Anticorrupción. Quien lo sostiene lo argumenta con un hecho: Ferran y García-Cascón entraron en Egara "poniendo cero euros", por lo que "algo tenían que ofrecer a cambio a Simón". Y un segundo elemento: aunque Pedraz notificara ayer la imputación a siete personas, avanzó La Vanguardia, los fundamentales son dos: David Madí y Joan Albert Arqués. Se sospecha que el empresario indepe y el constructor leridano decantaron la balanza para que Egara se integrara a la trama del 3%, hasta entonces activa en otros sectores, como la construcción.