Reunión de alto voltaje: la corriente crítica empuja a la ANC hacia la ruptura

La reunión que decidirá el futuro de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) se celebra este sábado. El plenario, que se espera que dure al menos nueve horas --arranca a las 9.00 y finaliza a las 18.00-- reunirá al Secretariado Nacional, formado por 68 miembros, para debatir la crisis de democracia interna. 

La importancia de este cónclave reside en que una veintena de miembros de la dirección podrían presentar su dimisión en bloque tras mostrar su disconformidad con la formación de una lista cívica de cara a las próximas elecciones al Parlament de Cataluña. Tampoco se descarta que pidan que sea la actual presidenta, Dolors Feliu, quien que se vaya. Si esto sucede, sería la primera vez en la historia de la entidad que el secretariado de la ANC pide el cese de uno de los presidentes.

Denuncian “autoritarismo”

El cisma en la ANC surge después de que una veintena de los miembros de la cúpula denunciaran, según avanzó La Vanguardia, “autoritarismo” y abuso de poder en el seno de la entidad. Se quejan de la falta de democracia en el comité permanente, del que forma parte la presidenta Dolors Feliu y el vicepresidente, Jordi Pesarrodona. Por eso, se plantean abandonar la entidad. Un hecho que empujaría a la ANC a celebrar elecciones al secretariado tan solo nueve meses después de las anteriores. 

La crisis es evidente sobre todo después de que los críticos --que representan un tercio del secretariado-- se organizaran en un corriente interna y, bajo el nombre de Col.lectiu Indesininter, crearan una web en la que exponen "las malas prácticas y las irregularidades" exhibidas por Feliu. Sin embargo, a preguntas de La Vanguardia, desde la ANC restan importancia a la situación que vive la entidad y niegan que haya "una escisión dentro de la organización”, aunque desconocen qué propuestas hará el sector crítico de la cúpula en la reunión de este fin de semana. 

Molestos por las filtraciones

Desde la dirección han enviado un comunicado interno en el que recuerdan a todos los miembros de la dirección que existen mecanismos que garantizan la “democracia” interna. Aunque niegan el cisma, lamentan que las discrepancias internas se hayan hecho públicas. “Cuando asumen el cargo todos los secretarios firman un acuerdo de confidencialidad”, recuerdan.