Jaume Collboni deja su cargo como primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona para preparar su candidatura como líder de los socialistas de cara a los comicios del próximo 28 de mayo.
A lo largo del día de hoy,el socialista comunicará su decisión a la alcaldesa Ada Colau, una decisión con la que Collboni pone el broche a ameses de tiras y aflojas entre PSC y los comuns, una larga lista de divergencias en temas municipales, como la instalación de una sede del Hermitage, los Juegos Olímpicos de Invierno, la Ampliación del Aeropuerto de El Prat, o la elección del Síndic de Barcelona, la retirada de la losa de Sant Antoni, o el 22@, entre otros.
Choque en la gestión comercial de la ciudad
El último choque protagonizapor entre los socialistas fue hace una semana, a propósito del Plan de usos del Eixample, una normativa de la que el PSC se desmarcó de su socio de gobierno, votando en contra. Los socialistas reprocharon a sus socios de gobierno la ruptura del acuerdo que mantenían ambos partidos en cuanto a la normativa, que pretendía regular la instalación de establecimientos en once calles, con el fin de evitar la concentración de determinados negocios en la zona y así mantener el equilibrio de estalecimientos, promover la diversidad comercial, proteger el día a día del vecindario e impedir la gentrificación y el monocultivo de usos.
El hecho de que los comuns, finalmente decidiesen extender esta normativa a 40 calles, provocó que ambas formaciones intensificasen todavía más sus diferencias en un tema fundamental, como es la gestión comercial de la ciudad. Los de Collboni acusaron a Colau de no respetar el acuerdo entre socios y los de Colau tildaron a los socialistas de dejarse manejar por el lobby comercial,.
Movilidad y urbanismo
Otra de las pugnas entre los socios de gobierno tuvo fue a cuenta de un tema clave como es la movilidad y el urbanismo, a cuenta de les “superilles”, que enzarzaron al PSC y los comuns en la comisión de Urbanismo del pasado 13 de diciembre a tras la petición que hizo Junts de paralizar la puesta en marcha de los planes previstos pata limitar el tráfico de vehículos en calles catalanas y extender zonas verdes y peatonales.
Collboni se alió, en este caso, con la oposición, exigiendo a la alcaldesa un cambio de postura y una revisión y análisis de los efectos económicos, de movilidad e incluso de calidad del aire en las calles donde se trasladaría el tráfico tras su implantación.
Ampliación del Aeropuerto
También dividió al Ayuntamiento de Barcelona la ampliación del Aeropuerto de El Prat, algo que los comuns rechazan, y el PSC aplaude. Mientas que los primeros pretenden alcanzar el "mayor aeropuerto verde de Europa", otros apuestan por la ampliación, lo que supone una mayor cantidad de vuelos.
La teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz cargó contra el Govern por dar “un cheque en blanco” para la ampliación, dejando de lado la lucha contra la crisis climática y sin “ninguna garantía de que no supondrá más turismo low cost”, una acusación respaldada por Colau, que tildó a Collboni de "negacionista climático". Mientras, el socialista celebraba en redes esta amplación como una “magnífica noticia para Barcelona”, ya que “nos permitirá convertirnos en un hub intercontinental y atraer inversiones y generar puestos de trabajo.