La suerte está echada. La militancia de Junts per Catalunya (JxCat) decide a partir de hoy si el partido rompe la coalición con ERC y sale del Govern. Pero hay una segunda ruptura inevitable asociada a esa votación: la de un partido dividido y abocado a su enésima catarsis. Azuzada por los duros que no tienen nada que perder, porque no tienen cargos institucionales, la ejecutiva del partido se ha visto obligada a cumplir sus amenazas, sin prever que Pere Aragonès (ERC) doblaría la apuesta destituyendo a Jordi Puigneró --el representante del sector duro de JxCat en el Govern-- y aguantaría la presión de sus socios, siempre críticos con la estrategia de diálogo de los republicanos y los escasos avances en el camino hacia la independencia.

Fuentes soberanistas señalan la destitución de Laura Borràs como presidenta del Parlament tras ser procesada por supuesta corrupción como el detonante de esta última crisis, en la que los neoconvergentes pidieron a Aragonès que se sometiera a una cuestión de confianza. La caída de Borràs reactivó a los duros del partido, sobre todo a aquellos que, como ella --o es inhabilitada o puede reclamar su plaza de profesora universitaria--, no tienen nada que perder.

Los duros

“Borràs es el principal referente del grupo parlamentario, liderado por Albert Batet. Pase lo que pase en la consulta, rompa o no Junts con el Govern, los diputados seguirán como están, no perderán su cargo”, explican desde el entorno de Junts. Es más, estos seguidores de Borràs, que ayer hacía campaña a favor de romper a pesar de las exigencias de neutralidad de la sindicatura electoral de Junts, estarían liberados para ejercer una severa oposición contra ERC para repetir como candidatos en unas elecciones autonómicas, que de nuevo podrían anticiparse en función de los resultados de las municipales de 2023. Diputados como Francesc de Dalmases, Joan Canadell, Jaume Alonso-Cuevillas, Josep Rius, Marta Madrenas y Batet ya han anunciado que defienden la salida del Govern.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, intentó negociar con Turull para evitar el cese de Puigneró / EUROPA PRESS

Candidatos, eso sí, a una nueva escisión de Junts, coaligada quizá con la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ya que la guerra interna existente en el partido es especialmente fratricida. Alcaldes, cargos municipales y consellers --Jaume Giró, Victòria Alsina, Lourdes Ciuró y Violant Cervera-- se han mostrado contrarios a salir del Govern, conscientes de que perder representación territorial y capacidad para atraer a los 200 alcaldes del PDECat --otra ramificación de la antigua Convergència (CDC)-- a pocos meses de las municipales es un error.

La consejera Victòria Alsina (en el centro) con alcaldes y cargos de la provincia de Girona contrarios a que Junts salga del Govern

Quien no ha hecho público su parecer ha sido Jordi Turull, secretario general de Junts. “La neutralidad reclamada por la sindicatura electoral la pongo al servicio de la cohesión y el fortalecimiento de este gran proyecto colectivo que es Junts. Todo el mundo, con independencia de su posicionamiento y del resultado, me ha dejado claro el compromiso de seguir haciendo crecer Junts”, escribió en su perfil de Twitter. Todo un dardo dirigido a Borràs, presidenta del partido, que ha sido arrasada por los afines de Turull en las votaciones internas celebradas hasta ahora.

El viernes se comprobará si esa tendencia se mantiene.