Las cinco mentiras del discurso exculpatorio de Borràs
Una revelación de secretos, una purga en la Consejería de Interior y un intento de cambiar la normativa del Parlament son algunos de los hechos omitidos o tergiversados por la presidenta de la Cámara
6 julio, 2022 00:00Laura Borràs no piensa dimitir. La presidenta del Parlament niega la mayor, esto es, que exista causa judicial. Porque, según reiteró, es victima de una persecución política. El discurso autoexculpatorio de la líder de Junts per Catalunya (JxCat) omite algunas realidades de un proceso que arrancó hace cuatro años. El caso contiene derivadas extrajudiciales, en efecto, pero no en el sentido que le da Borràs. Una revelación de secretos por parte de un conseller, una purga en la Consejería de Interior y un intento de cambiar la normativa del Parlament para evitar el cese son algunos de los hechos omitidos o tergiversados por Borràs en sus explicaciones de ayer, más políticas que jurídicas.
1. Un cambio de criterio de la Guardia Civil
No es la primera vez que Borràs insinúa que la investigación del fraccionamiento de contratos cuando era directora de la Institución de las Letras Catalanas dio un giro cuando la juez retiró del caso a los Mossos d’Esquadra y lo pasó a la Guardia Civil. El verdadero motivo de ese cambio fue el incumplimiento del secreto de sumario por parte del exconsejero de Interior, Miquel Buch, al que Borràs pidió explicaciones por un registro de los Mossos en el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI). Los investigadores interceptaron un email enviado por Borràs al CTTI sobre un contrato a dedo y fraccionado. Fue la propia Borràs la que, en una notoria indiscreción, desveló esa conversación, añadiendo que, según Buch, los Mossos no la estaban investigando. Después matizó y dijo que los Mossos sí investigaban, pero en calidad de policía judicial. La juez decidió entonces encargar las diligencias a la Guardia Civil.
2. Purga del mosso que investigó a Borràs.
Otro ejemplo de la politización del caso es la depuración llevada a cabo en la Consejería de Interior, donde el jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal, Toni Rodríguez, fue relegado a la comisaría de Rubí. Se da la circunstancia de que Rodríguez era el responsable de la investigación de Borràs y del exconsejero Miquel Buch, en el caso de este último acusado por la presunta contratación ilegal de un mosso que había actuado como escolta personal del presidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont.
3. Cambio de reglamento frustrado
El caso Borràs ha destapado los intentos de la presidenta de JxCat por cambiar los artículos del reglamento del Parlament en los que se prevé el cese de un diputado inmerso en una causa judicial en caso de procesamiento o apertura de juicio oral. Es cierto que la Mesa de la Cámara catalana encargó un informe jurídico al respecto y que éste era crítico al respecto. Pero fue Borràs la que, en contra del criterio de ERC y CUP, insistió en hacer una modificación exprés. Pretendía la política independentista soslayar su inhabilitación. No lo ha logrado y, ahora, republicanos y antisistema --esos artículos fueron aprobados a instancias de los cupaires-- se han unido a los comunes, PSC, PP, Ciudadanos y Vox en la petición de dimisión de Borràs, a la que instan a tener en cuenta “el prestigio de la institución”.
4. “Una causa contra mi persona”
Borràs no es la única investigada. También lo está Isaias H., el amigo al que supuestamente benefició con la adjudicación irregular de esos contratos, y dos funcionarios. En su discurso, la presidenta del Parlament centró toda la atención en su persona, pero lo cierto es que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, tras cerrar la instrucción el pasado mes de marzo, la prolongó para encargar nuevas pruebas. Y éstas vinieron de la mano de uno de los investigados, que aportó audios reveladores. En medios políticos se asegura que esa prolongación de la investigación se debió a la decisión de ese funcionario de soltar lastre de Borràs, por lo que cambió de abogado y “tiró de la manta”.
5. “Es una causa política”
Laura Borràs no ha logrado embarcar a ERC y CUP en un frente común contra el “Estado opresor”, tal como exige su partido, Junts per Catalunya (JxCat). Esquerra siempre ha hecho bandera de mans netes ("manos limpias"), mientras que los antisistema son los artífices de esos polémicos artículos del reglamento del Parlament que aceleran el cese de los diputados en caso de corrupción. Lo dijo ayer el portavoz parlamentario de En Comú Podem, David Cid: “No tiene nada que ver la moleskine de Jové con los emails de Borràs”. Alude Cid a Josep Maria Jové, actual presidente del grupo republicano, a quien se atribuye una agenda con anotaciones de las reuniones para preparar el referéndum y la independencia de Cataluña. Dicho de otra manera, Borràs exige apoyo por un supuesto delito que nada tiene que ver con el procés, y sí con irregularidades en la contratación pública.