ERC menosprecia su propio museo del cómic
La Consejería de Cultura entierra el convenio firmado por Joan Manuel Tresserras en 2010 y solo accede a estudiar un centro, a pesar de la predisposición del Ministerio y del Ayuntamiento de Badalona
29 junio, 2022 00:00Nada impide que Cataluña acoja un Museo del Cómic, una antigua reivindicación del sector. El Ayuntamiento de Badalona ofrece equipamientos y el Ministerio de Cultura está dispuesto a ceder un importante fondo para impedir su dispersión. Pero la Consejería de Cultura, dirigida por ERC, no quiere oír hablar de un museo y, como mucho, se presta a estudiar la creación de un centro, echando por tierra el convenio que otro republicano, Joan Manuel Tresserras, firmó en 2010 con el citado consistorio para crear el Museo del Cómic y la Ilustración de Cataluña (MCIC).
“Ni hablar de un museo”, es la rotunda respuesta que la directora general de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura, Sònia Hernández, da cada vez que surge el tema en los debates parlamentarios. Las explicaciones no van más allá de alegar que el plan de actuaciones del Govern no prevé esta infraestructura, a pesar de que Museus 2030. Pla de Museus de Catalunya, presentado en 2017, sí incluía el Museo del Cómic en su programa de inversiones.
El Plan director del MCIC fue presentado en 2010 como fruto del acuerdo del entonces consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, y el alcalde de Badalona, Jordi Serra. La idea era crear “un espacio de referencia internacional en el mundo del cómic y la ilustración. A diferencia de otros museos similares de Francia y Bélgica, el MCIC tendrá, además de una colección amplia de obra gráfica representativa de la ilustración catalana, una muestra de los autores y de las publicaciones internacionales de reconocido valor artístico y cultural”. Las instalaciones, tal como estaban concebidas, tendrían una superficie de cerca de 4.000 metros cuadrados, de los que 1.275 m2 se destinarían a los espacios expositivos, 1.200 m2 a almacén, 230 m2 a espacios formativos (área infantil, salas para talleres y aula de formación), 230 m2 a un centro de documentación y 230 m2, a un auditorio.
Presupuesto y entrada en funcionamiento
El presupuesto del proyecto se fijó en 11,4 millones de euros, ocho de los cuales a cargo de la Generalitat y 3,4 millones, a cargo del ayuntamiento (para la recuperación y consolidación del edificio). Estaba previsto que el Museo pudiera entrar en funcionamiento en 2012.
Pero el tiempo pasó: el Ayuntamiento de Badalona acondicionó el edificio de la Compañía Auxiliar del Comercio y la Industria (CACI) y su actual alcalde, Rubén Guijarro, ha mantenido conversaciones con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, con la finalidad de avanzar en el proyecto. Iceta se mostró dispuesto a ceder parte del Archivo Lafuente, que incluye obras de iconos del underground catalán, y evitar su dispersión.
Pero harto de esperar a que la Consejería de Cultura se implicara en el mismo, tal como publicó Crónica Global, Guijarro ha decidido destinar el CACI a albergar instalaciones dedicadas a la investigación tecnológica de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). A cambio, ofrece tres dependencias alternativas: la antigua fábrica Piher, la Torre Codina y los edificios de Ca l'Arnús.
La semana pasada, la situación del Museo del Cómic fue debatida en la Comisión de Cultura del Parlament, donde la diputada del PSC-Units, Rocío García, presentó una propuesta de resolución en la que, de nuevo, ERC y Junts per Catalunya pusieron trabas. Todos los grupos votaron la propuesta socialista de elaborar un informe sobre el estado de los fondos del cómic en Cataluña a partir de los trabajos llevados a cabo por la Biblioteca de Cataluña --fondos propios de la Generalitat, otros fondos públicos en Cataluña (museos, entes locales) y ubicación, adquisiciones efectuadas, etcétera--.
El Govern no quiere un museo, sino un centro
Pero los socios del Govern rechazaron aprobar una propuesta articulada y calendarizada de implementación del futuro Museo del Cómic en Cataluña, con unas primeras previsiones presupuestarias para 2023, con la participación del sector. Los independentistas proponían a cambio impulsar “un estudio sobre un posible centro del cómic y la ilustración”. Algo que el PSC-Units rechazó.
De hecho, el citado Plan Director de 2010 fue elaborado gracias a las aportaciones de Ficomic (Fira del Còmic), la Associació Professional d’II·lustradors de Catalunya, expertos y aficionados a una disciplina que tiene una enorme tradición en Cataluña. Tanto, que se remonta al siglo XIX.
Apel·les Mestres, Llaveries, Opisso, Cornet, Junceda, Obiols, Tísner, Castanys, Lola Anglada, Marta Balaguer, Carme Solé Vendrell, Llucià Navarro, Pilarín Bayés, Francesc Infante, Mariscal, Pere Joan, Roser Capdevila, Mercè Llimona, Fina Rifà, Teresa Duran y Francesc Riart son algunos de los nombres propios de la ilustración catalana, mientras que en el humor gráfico destacan Buigas, Urda, Jorge, Conti, Enrich, Schmidt o Ibáñez, por ejemplo.
Sin olvidar tampoco a Opisso, Oli, Peñarroya, Coll, Vázquez, Escobar, Benejam, Cifré, Pañella, Muntañola, Mestres, Raf, Alfons Figueras, Cesc, el Perich, Núria Pompeia, Jan, Ivà, Fer, Jose Luis Martín, Kim, Alfons López, Carlos Giménez, Oscar, Tha, García Lorente, Ja, Monteys, Bernet, Maikel, Fontdevila, Romeu, Ops (El Roto), Toni Batllori, Joma o Picanyol, entre otros. Las revistas Cimoc, Comix, 1 984, Cairo, Zona 84, Creepy, Totem, Makoki y Víbora destacan en el cómic underground y para adultos, con artistas como Nazario, Montesol, Mariscal, Enric Sió, Gallardo y Mediavilla.