Las retenciones en la AP-7 han llegado hasta la cúpula de la Generalitat. El president Pere Aragonès ha asegurado que “estos problemas [en la autopista] son recurrentes” y, por ello, “tomaremos medidas a corto y medio plazo”. La clave para reducir la congestión en la arteria que cruza de norte a sur Cataluña es, según el republicano, “reordenar el tráfico de camiones”.
Si bien es cierto que el fin del peaje en esta carretera hace apenas un año ha provocado un trasvase de turismos de las nacionales gratuitas a la AP-7, Aragonès lo ha justificado con “la recuperación de la actividad tras la pandemia del Covid”. El president ha solicitado al Gobierno que invierta más en infraestructuras en Cataluña y refuerce el ámbito de Rodalies para “quitar coches de la carretera”, algo que descongestionaría los accesos a Barcelona pero no la autopista que conecta con Francia.
Sin medidas para Sant Joan
El dirigente republicano ha anunciado, en una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, que “se tomarán medidas para la operación salida y retorno” durante los días cercanos a Sant Joan, aunque no ha concretado cuáles. También ha rechazado adelantar si se pondrán en marcha las prohibiciones de circulación para vehículos pesados los fines de semana en la AP-7, que la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, aseguró hace unos días que estaban “sobre la mesa”.
El RACC, en este sentido, criticó ayer a la Generalitat por no haber planificado las consecuencias de la desaparición de peajes en Cataluña. Pero especialmente en la AP-7, donde planteó medidas a medio y largo plazo como la prohibición de adelantar a los camiones durante unas franjas horarias determinadas.
Rufián y la mesa de diálogo
El president ha reafirmado su apoyo al diputado en el Congreso de ERC, Gabriel Rufián, respecto a sus ataques a Carles Puigdemont este lunes, al que llamó “tarado”. “No comparto sus declaraciones, pero como cualquier diputado republicano tiene todo mi apoyo”, ha zanjado Aragonès.
Preguntado por la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, la parálisis de las negociaciones se han hecho palpables. Más después del espionaje de líderes independentistas por el caso Pegasus, que ha calificado de pérdida de “confianza” con Moncloa y ha asegurado que se querellará contra la empresa NSO Group, propietaria del programa. No obstante, ha abogado por seguir adelante con la mesa de diálogo pero ha exigido que “se vaya con propuestas concretas”.