El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que cierra su etapa en Junts / EFE

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que cierra su etapa en Junts / EFE

Política

El regreso de Puigdemont: dos escenarios posibles

La política nacional determinará si el fugado pacta una estancia corta en la cárcel y un indulto rápido, o si el independentismo radical se rearma ante un hipotético Gobierno del PP

30 mayo, 2022 00:00

La renuncia de Carles Puigdemont a participar en las decisiones orgánicas de Junts per Catalunya (JxCat), es decir, a formar parte de su ejecutiva, tiene que ver, y mucho, con su situación judicial. Los motivos van más allá de la capacidad o no del fugado de tomar decisiones desde la distancia: el independentista prepara su regreso, no necesariamente inminente, lo que abre dos escenarios posibles.

Fuentes soberanistas, a vueltas con la gran incógnita que rodea el futuro de Puigdemont, explican que “la permanencia del expresidente en el extranjero no puede alargarse por más tiempo. Las fuentes de financiación de Waterloo son precarias y las encuestas no son halagüeñas para JxCat. Y el Gobierno sabe que, tarde o temprano, deberá abordar el regreso, voluntario o no”.

Recta final del mandato de Sánchez

Estas fuentes se refieren al actual Gobierno de Pedro Sánchez. Y también a un virtual retorno, vía extradición o por voluntad propia. Dicho de otra manera, la política nacional es clave en este asunto. Como se sabe, Sánchez afronta la recta final de su mandato. Se especula con un posible adelanto electoral --las elecciones generales tocan en noviembre de 2023-- y los socialistas temen un efecto Feijóo que acorte distancias con el PP. Hasta ahora, el PSOE ha mantenido una política de desinflamación sobre la cuestión catalana con buenos resultados iniciales, pues ha contado con la renuncia de ERC a volver a las andadas, es decir, a la confrontación.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo / CHEMA MOYA - EFE

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo / CHEMA MOYA - EFE

Pero el tiempo pasa, la mesa de diálogo no avanza y todavía no ha comenzado a abordarse la reforma del delito de sedición en el Código Penal, una de las promesas del Ejecutivo español necesaria para reducir el impacto del regreso de Puigdemont. Los socialistas saben que no es el momento de establecer más complicidades con los independentistas, tras el cese de la directora del CNI y el apoyo a una ley lingüística en la que el PSC ha demostrado su capacidad de decisión para muñir amplios acuerdos, pero que carga de argumentos a PP, Ciudadanos y Vox.

¿Adiós al 'procés'?

Las mismas fuentes soberanistas hablan, ante este panorama preelectoral, de dos posibles escenarios. Por un lado, un regreso de Puigdemont pactado que pasaría por una breve estancia en la cárcel y la concesión rápida de los indultos. Una vía que, de producirse, requiere de PSOE y Podemos al frente del Gobierno, y sería el resultado del desgaste personal y político del expresidente catalán, acorralado a nivel europeo por los contactos de su entorno con Rusia. Y también de un baño de realidad posprocesista según el cual, la mayoría de los catalanes no querría volver a la etapa convulsa de 2017.

El segundo escenario sería el de la confrontación total, el de un Gobierno de PP --con o sin apoyo de Vox-- que, como dijo el líder popular en Cataluña, Alejandro Fernández, rechaza cualquier tipo de prebendas al secesionismo-- que daría alas al independentismo más duro. Abonaría esa perspectiva la tesis de que Puigdemont se ha retirado a sus cuarteles de invierno para liderar el rearme de un secesionismo que no renuncia a la vía unilateral y que pondría contra las cuerdas a Esquerra. Sería el “cuanto peor, mejor” del separatismo más recalcitrante, que al igual que en 2017.

Sería el ho tornarem a fer que determinados sectores prometen.