La guerra de Ucrania y las sanciones interpuestas al círculo más cercano de oligarcas del presidente ruso, Vladímir Putin, ha supuesto un antes y un después en la economía de Europa. El continente trabaja para reducir su dependencia energética del gran país eslavo, con excepciones como España o Portugal, que en lo que respecta al gas la importación es prácticamente nula.
El jefe de la oficina del Parlamento Europeo (PE) en Barcelona, Sergi Barrera, habla con Crónica Global para explicar las fortalezas y debilidades económicas del continente ante la dependencia de gas, aluminio y otras materias primas de Rusia.
--Pregunta: ¿Cómo se ha llegado a la situación actual en Ucrania y cuál ha sido el papel de la UE?
--Respuesta: Con la anexión ilegal de Crimea en 2014, se empezaron a tomar medidas a nivel europeo. No solo verbales, a modo de condena, sino que ese mismo año se firmó un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Ucrania en el que se establecieron nexos económicos: se abrió el mercado --para que no hubiese aranceles-- en pro de mejorar la economía ucraniana. Hubo también cooperaciones en transportes, educación y desde entonces se han realizado préstamos por valor de 17.000 millones de euros al país para su desarrollo.
--P: Entonces ya se actuó ocho años atrás.
--R: Ya existe una conexión a partir de 2014. De hecho, la anexión de Crimea viene a raíz del Euromaidan, cuando Ucrania gira a una visión mucho más proeuropea y a favor de la entrada en la UE. Ese es el punto en el que convergen ambos caminos. A partir de ahí, siempre ha habido colaboración. De hecho, en diciembre de 2021 el Parlamento Europeo aprobó resoluciones en las que pedía a Rusia que no tuviera tropas en la frontera con Ucrania, y que las desmovilizara.
--¿Se sabía entonces que Rusia iba a atacar militarmente Ucrania?
--Ha sido una sorpresa, eso es algo innegable. Los expertos que seguían la situación de cerca y los corresponsales en Rusia, en las reflexiones que están publicando últimamente, reflejan que hasta ellos mismos están sorprendidos con una escalada así. No se lo esperaban. A partir de aquí sí que ha habido una reacción unánime a nivel europeo, que ha sido muy importante.
--¿Cómo actúa la Unión Europea ante las crisis de este calado?
--Nos hemos encontrado con tres grandes crisis recientemente: el Brexit, la pandemia del Covid-19 y la invasión de Ucrania. En los tres casos, muy diferentes entre sí pero con situaciones muy complejas, la UE ha sabido actuar de manera conjunta. En crisis de este calado estamos viendo como países díscolos, como Polonia o Hungría, están liderando la acogida de refugiados. Hungría tampoco ha vetado la cumbre de Versalles, al revés, ha mostrado su apoyo a Ucrania en todo momento. Por eso, países que anteriormente habían puesto freno en algunas cosas, ahora ha sido lo contrario e incluso han capitaneado estas iniciativas. La respuesta ha sido rápida y coordinada. Es la única lectura positiva de todo esto, que la ciudadanía ucraniana se sienta apoyada.
--Respecto a esto que comenta de Polonia y Hungría, países a los que se les iban a imponer sanciones, Josep Borrell ha dicho que no sabe si se paralizarán porque ahora se han integrado y ya no muestran una postura tan euroescéptica como anteriormente.
--Estamos ante un escenario diferente. Ahora mismo la prioridad número uno es apoyar a Ucrania y que este conflicto acabe cuanto antes. Pero es verdad que no por esto se puede vulnerar el Estado de derecho europeo. No por esto, los Estados pueden no respetar el acquis comunitario. Una cosa no quita la otra. Este no es el tema sobre la mesa ahora mismo, lo es la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, esto no abre una vía a que los Estados no se comprometan con el derecho europeo.
--¿Podríamos decir que ha quedado paralizado hasta después de la guerra de Ucrania?
--La prioridad es otra, después ya hablaremos de ello. Simplemente está on hold.
--Ha mencionado que la UE se ha enfrentado en poco tiempo a tres grandes desafíos. Sobre todo con el Brexit los ciudadanos tuvimos una cierta sensación de que la UE atravesaba un momento de crisis. ¿Ha servido este ataque para cohesionar y fortalecer a la UE?
--Los enemigos comunes siempre fortalecen. Siempre. Siempre. Pasó con el Covid también. Cuando surge una crisis de estas dimensiones, globalizada, todo el mundo mira hacia la UE, no hacia su gobierno. Y es lógico. Aquí se demuestra la importancia de este proyecto político. Siempre que hay una gran crisis van cayendo las vacas sagradas: no se puede tocar el déficit, se toca; no se puede invertir en armamento --como Alemania, que es un país no beligerantee desde la Segunda Guerra Mundial--, pues ya ha invertido y aprobado el gasto de defensa hasta el 2% del PIB; hablar de una Europa de la defensa… Temas que hace un año no se planteaban, aunque no quiere decir que nos tengamos que replantear nuestra dependencia energética de golpe. Lo que marca este conflicto es la dependencia energética.
--Pero España no tiene una dependencia energética de Rusia como otros países europeos.
--Desde España, en el Mediterráneo, no estamos subordinados al gas ruso. En Alemania, no solo la ciudadanía, la industria alemana depende al 60% del gas ruso. Y hay países como Estonia, Lituania o Finlandia en los que la dependencia es del 100%... Desde la perspectiva Mediterránea es muy sencillo decir “por qué hacemos eso”. Hay países del Este que están a bajo cero y no se pueden permitir esta independencia del gas ruso.
--¿Cómo revertirán esta dependencia energética de Rusia?
--Con los planes de recuperación del Covid. Los fondos se tienen que destinar al desarrollo de las energías renovables.
--Es decir, un gran ‘Plan Marshall’ pero que unifique todavía más la UE.
--El concepto de soberanía europea es convertir Europa en una potencia mundial, no solo política y económica. Y no solo los cargadores del móvil o el roaming, ya que estos son temas ciudadanos e importantes. Estamos hablando de la champions política. De política exterior, de defensa, de industria energética, todo esto se debe replantear. Este es el nuevo paradigma de la UE.
--Pero surge en un momento de guerra en Europa…
--Estas reflexiones parten de un contexto muy desgraciado y catastrófico que es la invasión de un país vecino. Antes solo hablábamos de la soberanía de los países y… a ver quién sale ahora a decir que quiere más competencias para su Estado. Todos los que salían en fotos con Putin hasta hace nada, borrarán de sus programas electorales las fotos, como le ha pasado a Marine Le Pen y a Salvinni, que había ido con una camiseta de Putin al Parlamento Europeo.
--Ahora ha ido a Polonia, de hecho.
--Exacto. Ahora, cuando va a Polonia a pasearse le dicen que por qué no la lleva. A la gente se le caen las máscaras. Cuando hay un problema grave, ¿quién quieres que actúe? La Unión Europea. Esto también se vió con la invasión de Ucrania. Cuando sucedió, vinieron a manifestarse frente a la delegación de la UE en Barcelona, no fueron a la plaza Sant Jaume. Esto es muy simbólico y por eso es muy importante estar a la altura, hasta ahora se ha estado a la altura. Aunque el problema son los civiles… para esa gente ya será demasiado tarde.
--¿La UE ayudará en la reconstrucción de Ucrania tras la guerra?
--En la declaración de Versalles ya está el compromiso de los 27 países miembros de que se ayudará a la reconstrucción de Ucrania. El compromiso es absoluto, el tema es cómo evoluciona todo y en qué punto parará todo. Son muchas incógnitas que…
--¿Tras la guerra de 2008 en el Cáucaso, la UE también ayudó a Georgia a reconstruirse?
--Georgia recibió y sigue recibiendo muchas ayudas de la UE. Hará falta ver qué Ucrania queda, cómo estará el tejido empresarial, cómo estará la política del país… Ahora en lo que nos tenemos que concentrar es en ayudar a las personas, a los refugiados, y también apoyar con armamento militar y contener, porque solo podemos hacer eso. Por ello, tiene todo el sentido del mundo no aceptar la exclusión aérea que pide Zelenski.
--¿Por qué?
--Porque eso sí que sería aceptar una guerra de la UE o de la OTAN contra Rusia. El compromiso de ayudar a los ucranianos. Lo demás, hará falta ver cómo es la fotografía actual y en qué se traduce a lo largo de las próximas semanas, que será peor.
--¿En toda Europa, en lo que respecta a los países miembros de la Unión, la guerra se observa desde la misma óptica?
--En cada país se ve el conflicto de una forma diferente, no solo por la distancia sino por el pasado. Son momentos muy complicados tanto para las administraciones como para la sociedad civil, que es muy importante porque cuando se moviliza es un orgullo. Todos los esfuerzos que se están haciendo son muy importantes.
--La Unión Europea cuenta con delegaciones en varias ciudades de los Estados Miembros.
--Sí. El Europarlamento cuenta con una oficina en la capital de cada Estado miembro y en los cinco países con más población tiene otra en la segunda ciudad más grande. Barcelona fue la primera en 1998, también hay otras en Milán, Munich, Warslaw y Marsella. Siempre se dice eso de “Europa queda muy lejos”, ese mantra que no tiene sentido porque luego el Barça juega donde sea y las distancias no existen, son mentales. Pero el hecho de tener una delegación… Se logra el objetivo de mantener el contacto con administraciones, medios de comunicación y sociedad civil.
--¿Qué actividades realizan?
-- Sobre todo antes del Covid hacíamos muchas actividades con grupos de estudiantes. Por ejemplo, esta semana han venido de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y de la Universitat Abat Oliba CEU (UAO CEU), pero también de institutos. Hacemos diálogos con asociaciones de jóvenes en otros espacios fuera de la oficina europea en Barcelona, y hay más de 100 personas participando en estos actos.
--¿Para qué sirven estos encuentros?
--Sobre todo para resolver sus inquietudes. Al final es un punto de contacto. También servimos de call center para profesionales y ciudadanos, que no llamarán a Bruselas. Contactan con nosotros y nos preguntan de todo y lo respondemos o canalizamos. Sobre todo los medios que no tienen corresponsales en Bruselas. Estamos para ayudar en esto. Hacemos de enlace, especialmente con los eurodiputados.
--¿Cuál es, al final, su función?
--Intentamos europeizar y hacer pedagogía mediante diferentes actuaciones: desde filtros de Instagram hasta simulaciones del Parlamento Europeo en la Universitat Rovira i Virgili (URV). Nuestra función es dar a conocer la labor de los eurodiputados, más que por partidos, por comisiones. La idea es dar visibilidad y, para ser solo cuatro personas, hacemos bastante.