Continúan las turbulencias en el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña. El conseller Josep Gonzàlez-Cambray ha vuelto a cometer otro error anunciando ante la prensa una medida sin hablar previamente con los sindicatos. Da un año de tregua a los centros para que apliquen los nuevos cambios en el currículum escolar; algo que enerva de nuevo a la comunidad educativa.
Si en la última reunión --que apenas duró 15 minutos-- el consejero aseguraba que no cambiaría “ni una sola coma” de lo acordado, 24 horas más tarde aparecía ante los medios explicando un cambio que trascendió a través de la prensa, mientras el sector se manifestaba en su segundo día de huelga. La “torpeza” de Cambray no ha hecho más que acrecentar el enfado de los profesores por tener un representante que “no quiere a sus trabajadores”.
Solicitan una reunión con el 'president'
Su “falta de voluntad” y su “incompetencia” han provocado que ya no lo consideren un interlocutor válido para negociar sus reivindicaciones. Y es que no es sólo el avance del curso escolar al 5 de septiembre lo que ha indignado al sector, “como quiere hacer creer el Govern”. Son una “cadena de despropósitos” que han ido llenando la mochila del profesorado, y que ha estallado en una huelga de cinco días que, aseguran, no será la única si desde el Ejecutivo autonómico no mueven ficha.
De hecho, apelan al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para que sea él quien “dialogue” con los sindicatos, visto el “fracaso” de su conseller. Según ha podido saber Crónica Global, este mismo jueves solicitarán formalmente al president una reunión de mediación que esperan que "no rechace".
Aragonès "se la juega" en 2023
Hoy por hoy, es Aragonès quien “tiene la pelota en su tejado” y deberá decidir si se sienta a negociar con un sector que siempre le ha sido afín ideológicamente. Sobre todo, teniendo en cuenta que ERC “se la juega” en las elecciones municipales de 2023. Mantener a un conseller que ha conseguido “unir en su contra a toda la comunidad educativa supone un riesgo para el republicano”, aseguran algunas fuentes a este medio, por lo que “debería estar preocupado”.
Desde los sindicatos esperan que Cambray acabe dimitiendo o que sea “su propio partido quien le pida que se aparte porque les acabará salpicando a ellos”. Y es que lo que esta “huelga histórica ha demostrado es que no es el color político del conseller lo que importa, sino la política educativa”, por lo que esperan movimientos internos en el seno del gobierno.
ERC: "Siempre al lado de Cambray"
Sin embargo, fuentes de las filas independentistas aseguran a este medio que Cambray tiene el apoyo de su partido. “Siempre al lado de Cambray”. Lejos de rectificar, insisten en que el consejero está llevando a cabo “transformaciones positivas” y advierten: “Son imparables. El qué no tiene marcha atrás. El cómo se tiene que hablar”.
Las mismas voces creen que el enfado de los profesores se debe a la pandemia, que “lo ha complicado todo”, y se muestran “orgullosos de la voluntad de cambio” del Ejecutivo. Pero además, insisten en que la medida de avanzar la vuelta al colegio es positiva para las familias y minimizan el impacto de la huelga. “El grueso de la comunidad educativa, que son las familias, están de acuerdo”.
Sobre la petición de una reunión de sindicatos con Aragonès, le cierran la puerta. Al menos, a corto plazo. “Él habla con todos cuando es necesario. Pero esta cuestión actualmente está en manos de Educación. No veo el motivo para hacer ningún cambio”. Por el momento, el sector advierte de que seguirá “en pie de guerra”. Este jueves los docentes vuelven a las calles de Barcelona, en una manifestación que arrancará a las 11.30 h en Plaza Universidad y que acabará en Plaza Sant Jaume, delante del Palau de la Generalitat. Una jornada que supone la última de esta primera fase y que continuará, si no hay cambios, los días 29 y 30 de marzo.