El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, se ha despedido este sábado de la primera línea de la entidad para dejar paso a su sucesor, Xavier Antich. Y lo ha hecho repitiendo, una vez más, el ya escuchado "ho tornarem a fer": "¡Volveremos a votar y algún día ganaremos!".
En una asamblea general celebrada en la Farga, en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Cuixart ha materializado el anuncio que dio hace un mes en RAC1: lo deja. Lo deja por la falta de una "estrategia compartida" en el independentismo, pero ha afirmado que no se va porque esté cansado o se haya rendido: "Estamos más determinados que nunca y por eso pasamos el relevo a una nueva junta".
"Volverlo a hacer y hacerlo mejor"
"Hoy pasamos el testigo. Queremos ser útiles a Cataluña y a los Països Catalans. Queremos ser útiles a su sociedad", ha proseguido, antes de declarar que esta "lucha" solo tendrá sentido si se corrigen "las graves desigualdades". "Votamos porque muchísima gente se dejó la piel; ¡no solo volveremos a votar, sino que algún día ganaremos!", ha manifestado en referencia al 1-O ante un auditorio entregado en el que no han faltado el presidente del Govern, Pere Aragonès, y la presidenta del Parlament, Laura Borràs, entre otros.
"Que nadie nos diga nunca más qué podemos y qué no podemos hacer, porque para volverlo a hacer y hacerlo mejor solo necesitamos dos cosas: formarnos y querer hacerlo de nuevo!", ha sentenciado.
La guerra de Ucrania
Cuixart también ha hecho una sutil referencia a la guerra de Ucrania al decir que desea que "la cultura en tiempos de barbarie lo inunde todo" y "¡fuera las guerras!".
Para terminar, le ha dado la bienvenida a su sucesor, Xavier Antich, y al resto de la nueva junta directiva, en la que también estarán la periodista Mònica Terribas, el exconseller Quim Forn (condenado en la causa del procés e indultado por el Gobierno, igual que Cuixart) y el exdiputado de la CUP David Fernández, entre otros.
"Ejercer el derecho de autodeterminación"
Antich, por su parte, se ha referido a la "maquinaria represiva" del Estado, a 4.000 supuestos independentistas represaliados, y a la lengua catalana, pilar del proyecto separatista: "No hemos venido a pasar el rato. Tenemos un reto como país: ejercer el derecho de autodeterminación para culminar el proceso de independencia y hacer de Cataluña una república. Por eso queremos ser más fuertes (predente llegar a un millón de socios; ahora son 190.000); hemos venido a ganar".
"La lengua catalana es punto de encuentro, no de confrontación, y la defendemos porque la queremos, y la defendemos contra un Estado hostil que quiere minimizarla hasta convertirla en irrelevante", ha afirmado. Por último, y antes de gritar "visca Catalunya lliure!", ha dicho que "vendrá más represión. Y será una buena señal, porque querrá decir que la lucha continúa".