Las familias se quedan atrapadas en el pulso entre Cambray y los sindicatos
Avanzar el curso escolar al 5 de septiembre no desagrada a los padres, aunque piden conocer los detalles de la propuesta del 'conseller' sobre cómo se va a aplicar
25 febrero, 2022 00:00Las familias de los alumnos catalanes están en ascuas por conocer cómo acabará el pulso entre el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, y los sindicatos educativos. La propuesta de avanzar el curso escolar al 5 de septiembre --en infantil y primaria-- y al 7 de septiembre --en secundaria y bachillerato-- no ha gustado a la comunidad educativa, que se queja de la unilateralidad del Govern al tomar la decisión sin haberla comunicado previamente con el Consejo Escolar de Cataluña, el órgano donde están representadas todas las partes implicadas.
El rifirrafe entre el Ejecutivo y los sindicatos ha derivado en una amenaza de huelga que no se ha acabado de concretar. Lo que sí se conoce es que será durante cinco días en marzo y, si a pesar de ello, el conseller no da su brazo a torcer (ayer a última hora abrió la puerta a revisar su política), amenazan con retrasar el inicio del curso del año en que se tendría que avanzar. Esta pugna ha colocado a los padres en medio de la polémica con la problemática de que no saben cómo se tendrán que organizar el próximo septiembre.
Buena medida, pero con matices
Empezar antes el curso no desagrada del todo a las familias. Si hay una época complicada para ellas es el verano, que se convierte en una odisea para conseguir ajustar sus horarios laborales con las vacaciones de los menores. Y es que la conciliación real ni está ni se le espera. Por eso, las fuentes consultadas por Crónica Global creen que retomar antes las clases reducirá “el tiempo en que las familias se vuelven locas buscando casales, canguros o apoyo de los abuelos”, dicen desde la Confederación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres Alumnos de Cataluña (CCAPAC). Una opinión que comparten desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Escuelas Libres de Cataluña (Fapel), siempre y cuando pueda "aterrizarse a la realidad”. "¿De qué manera y con qué recursos se llevará a cabo?", se preguntan. En una cosa sí que están de acuerdo con los sindicatos: el Govern debería escuchar más a los docentes antes de tomar decisiones como esta.
Cambray tendrá que asegurarse de que su medida "no afectará a la calidad, que los docentes tendrán tiempo de preparar bien el curso y recibir a los alumnos". Es una buena noticia también para Sheila González, del colectivo Tornem a les Escoles (Volvamos a las escuelas), porque hará "más fácil" la conciliación a los padres. “Poder organizarse en días sueltos es más fácil que repartir las once semanas que tiene el verano”.
Una huelga “inapropiada”
El parón que prevén los sindicatos para marzo tiene en vilo a las familias, que lo ven “poco apropiado” en este momento, cuando por fin en los colegios empiezan a levantarse las restricciones del Covid. “Ahora que podemos volver a una cierta normalidad, no es el momento de ir a la huelga”, dice González.
Más críticos si cabe son desde Fapel, que ven a las familias “indefensas ante una medida de presión" como ésta. “Nosotros no podemos hacer huelga”, aclara. “Es un derecho constitucional, pero de la misma forma que el conseller no piensa en algunas cosas, ellos tampoco piensan en las familias y los alumnos”.
Los alumnos vulnerables, los más perjudicados
Los expertos reclaman desde hace tiempo una reducción de las vacaciones de verano porque consideran que tantas semanas seguidas de descanso resulta perjudicial para el aprendizaje de los pequeños. Especialmente para los alumnos con pocos recursos. Alargar las fiestas implica que las familias más vulnerables no puedan optar por alternativas como los casales de verano por, precisamente, falta de recursos. Para Pilar Gargallo, presidenta de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña, la propuesta no es "centrar la atención en si hay una semana más o menos de vacaciones", sino garantizar que cuando se está fuera del horario lectivo, también haya acceso a actividades educativas "en igualdad de condiciones". Es decir, sin un coste económico que no pueden asumir los hogares en riesgo de exclusión o en situación de pobreza, una realidad cada vez más común con la concatenación de crisis.
Además, Gargallo plantea otro debate: estudiar cómo puede ser más óptimo nuestro horario para que haya "más equidad, menos abandono escolar y un mayor éxito educativo". Pues considera que, a pesar de las largas vacaciones de verano y de que "somos de los países que más dilatamos la jornada lectiva", los niveles de PISA son preocupantes. "Algo estamos haciendo mal", sentencia.
La jornada intensiva, ¿un problema?
Otra de las polémicas tras el anuncio del Govern es la jornada intensiva vigente desde el inicio del curso --5 de septiembre-- hasta el 30 del mismo mes, y que ha provocado quejas de toda la comunidad educativa por unanimidad (también de las familias). De 9 a 13 horas, los alumnos asistirán a clase, pero ¿qué pasa con las tardes?. Desde las Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Cataluña (Affac) piden "atrasar un curso la aplicación del nuevo calendario para que las AFA puedan mantener la gestión del servicio de comedor escolar y la organización de actividades extraescolares".
También advierten de que este horario tiene "consecuencias negativas para el aprendizaje, para la salud y para la alimentación de los niños" y, además, tiene un "impacto nefasto en la reproducción de las desigualdades".