Riña entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB), una de las plataformas cercanas al gobierno municipal de la Ciudad Condal. El Ejecutivo local ha liquidado por la vía de los hechos el convenio sin concurso que alimentaba el negocio inmobiliario de la entidad vecinal. Hecho que ha privado a la organización de unos ingresos tan necesarios que hasta se ha puesto en cuestión su viabilidad.
Han alertado de ello fuentes de la oposición municipal que citan la ratificación reciente de diversos convenios entre el Ayuntamiento de Barcelona y cooperativas de vivienda para construir pisos de coliving y alquiler social. El bipartito de Barcelona en Comú y PSC ha premiado a la Federación de Cooperativas de Viviendas de Cataluña, la Coordinadora de Fundaciones de Vivienda, la Xarxa d'Economia Solidària y la Asociación de Gestores de Políticas Sociales de Vivienda.
La asociación vecinal, fuera
Los acuerdos tienen una derivada oculta: la FAVB pierde poder e ingresos. La plataforma vecinal era la elegida por gobiernos municipales anteriores para construir vivienda social, cuando ahora son un abanico de cooperativas las que asumen este reto. Entre éstas está la sociedad Fem Ciutat, de la FAVB, pero diluida. Antes lograba cierta exclusividad por medio de un convenio directo.
De hecho, fuentes cercanas a la agrupación han alertado de que "el gobierno municipal ha vaciado de contenido" ese acuerdo bilateral en los últimos años. "Es un movimiento que no se ha entendido entre los movimientos sociales que auparon a la alcaldesa Colau", añaden. Según ellos, el Ejecutivo se escuda en "dificultades administrativas" para rebajar el convenio.
Ayuntamiento: "Abarca al conjunto del sector"
A preguntas de este medio, un portavoz municipal ha defendido que "la política de promoción de vivienda social en alianza con terceros sin ánimo de lucro abarca al conjunto del sector". La misma fuente ha recalcado que el convenio con las cooperativas agrupa tanto a las fundaciones de vivienda social, que están dentro de la coordinadora Cohabitac, como las de las cooperativas, "que están bajo el paragüas de la Federación de Cooperativas de Vivienda".
Es en este último grupo donde se encuentra "la cooperativa de la FAVB". En el caso de la sociedad inmobiliaria de la entidad vecinal, desde el ayuntamiento destacan que "en paralelo, ha comenzado de forma reciente las obras de una promoción municipal".
FAVB: "No se ha respetado el convenio"
Desde la Federación se matizan las declaraciones hechas desde el gobierno local. "Antes teníamos un convenio directo y finalista, cuando ahora nos tenemos que presentar a concurso para lograr un derecho de superficie", explica su presidenta, Ana Menéndez. "Si dependiera de Barcelona, nuestra cooperativa ya habría muerto, porque es muy pequeña", sentencia respecto a sus relaciones actuales con el consistorio.
La entidad social argumenta que debe continuar siendo el socio de referencia del Ejecutivo local en vivienda porque "ofrece algo que otros muchos actores no tienen: arraigo en los barrios y experiencia en la construcción de pisos". Menéndez destaca que "han elevado más de 1.000 pisos protegidos" en la capital catalana y su conurbación. "Pero con la congelación del convenio en Barcelona quedan otros 100 que no sabemos si podremos hacer", apostilla.
Aliada de Colau
La decisión de diluir el poder de la plataforma paraguas en la construcción de vivienda social sorprende, porque pone de relieve un cisma entre antiguos aliados. La FAVB ha bendecido --y hasta marcado el paso-- del gobierno local de Barcelona en diversos terrenos. De hecho, el ente vecinal fue uno de los que acudió a la toma de posesión de la alcaldesa Colau en su primer mandato (2015 y 2019) y hasta protagonizó un acto conjunto en la plaza Sant Jaume en 2018, cuando se aprobó el peaje del 30% de vivienda social para nuevas promociones.
Como explicó este medio, la agrupación llegó a plantear en 2019 un desiderátum de políticas que debían impulsarse a los partidos de la capital catalana, que sólo cumplía BComú, la fuerza de la primera edil, Ada Colau. Sus tesis coincidían de forma plena en terrenos como el turismo masivo o los intentos --baldíos-- de remunicipalizar el servicio del agua, o incluso de la polémica recogida de residuos puerta a puerta --que tuvo que ser detenida por la oposición vecinal-- . La Federación también se ha alineado con los comunes, postulándose como aliado de la formación cuando ésta encajaba críticas por su gestión.