El sexto teniente de alcalde de Barcelona, Jordi Martí, remitió un escrito en marzo de 2019 en el que daba su apoyo y conformidad a la tramitación para otorgar la concesión del puerto al Hermitage. Poco después, el 24 de enero de 2020, el consistorio de Ada Colau informó de su voluntad de no autorizar el espacio museístico en el Puerto de Barcelona por razones de “interés público”. Los promotores del museo ruso en la capital catalana señalan la nefasta gestión del concejal, lo que les ha llevado a interponer un recurso contencioso-administrativo contra el ayuntamiento.
La carta enviada por Martí emplazaba a la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) a seguir adelante con el proceso administrativo. En este texto, al que ha tenido acceso este medio, concretaba que se “avance en el proyecto” y “se desarrollen los trámites correspondientes con el fin de que posteriormente se pueda formalizar el convenio previsto”. El escrito del hoy concejal de Cultura expresaba la necesidad de ubicar el museo en la Nova Bocana Nord del puerto, a través de un convenio que debía realizarse entre el ayuntamiento y la infraestructura presidida en ese entonces por la exalcaldesa de Sant Cugat del Vallès Mercè Conesa (PDECat). Algo que no sucedió, y desde el Hermitage señalan directamente al teniente de los comunes por mala gestión.
Los vetos al Hermitage
Martí, que además se postula como posible sucesor de Colau en los comunes barceloneses, cambió de opinión meses después de acceder a ello. El Museo Hermitage de Barcelona ganó el concurso el 19 de mayo de 2019 al ser el único proyecto en la licitación. El consistorio no presentó alegaciones antes del 26 de junio, día que finalizó la fase de exposición pública. No fue hasta enero de 2020 cuando el gobierno local quiso vetar el proyecto cultural por razones de “interés público”.
El consejo de administración del Puerto de Barcelona, el 26 de mayo de 2021, aprobó el otorgamiento de la concesión a favor del Hermitage, con dos condiciones. El museo debía presentar un proyecto conjunto con el Liceu en un plazo de dos meses y lograr que se firmase el convenio entre la autoridad portuaria y el ayuntamiento antes de abril de 2023. Dos días después, el equipo de gobierno liderado por Colau denegó la tramitación de este acuerdo en virtud del artículo 6.1 del Plan Especial de la Nova Bocana (PENB). Es decir, a su falta de interés para apoyar la iniciativa.
Nefasta gestión de Martí
Los promotores de llevar a la capital catalana una filial de la pinacoteca rusa han estado inmersos en modificaciones y readaptaciones constantes de su proyecto durante tres años. Todo ello, por las idas y venidas de Martí que, incluso, llegó a recomendar a los promotores “que busquen suelo privado en la ciudad --que hay--, si realmente tienen un interés cultural para Barcelona”. Esta contradicción continuada ha acabado en la apertura de un recurso contencioso-administrativo contra el ayuntamiento.
Los responsables del Hermitage catalán recuerdan que Martí hizo que tramitaran todo el proyecto, con un coste y tiempo adicionales, para después cambiar de opinión y vetar su construcción. Las opciones aportadas por la autoridad portuaria y los informes positivos para emplazar el complejo en la Nova Bocana --uno de ellos aportado por la Generalitat-- frente al único negativo del consistorio, han dejado en evidencia la gestión del ayuntamiento frente al resto de Administraciones. Ahora, deberán responder por ello ante los tribunales.