Girona. 23 de agosto. Barrio de la Font de la Pòlvora: “Sin luz desde las 19.30 horas”. 19 de agosto: “Sin luz desde las 21.15”. 14 de agosto: “Sin luz desde las 2.10 horas”. Son los partes que la asociaciones de vecinos de este barrio humilde de la capital gerundense han publicado, casi a diario, este verano. Los cortes de suministro que sufren desde hace años se agudizan en época estival, así como en invierno. Pero en esta ocasión, agosto ha coincidido con una escalada de precios de la luz sin precedentes. “Pero nosotros pagamos igual”, explica a Crónica Global Pamela Heredia, vecina del barrio del Font de la Pólvora de Girona.
En el barrio de Vila-roja, la situación es muy similar y una pintada da testimonio de la indignación de sus vecinos, así como de graves insultos hacia la empresa suministradora, Endesa. La compañía sostiene que el motivo de esos apagones son las sobrecargas en la red, es decir, de prácticas fraudulentas (pinchazos).
Falta de mantenimiento
Los vecinos, por el contrario, denuncian la falta de mantenimiento de la red y aseguran que los apagones tienen lugar desde hace seis años, mientras que el Ayuntamiento no descarta que la delincuencia tenga algo que ver y ha encargado una auditoría para determinar quién tiene razón. Pero los afectados no se sienten arropados por su alcaldesa, Marta Madrenas (Junts per Catalunya). Ven motivaciones políticas, ya que las zonas donde se concentran los apagones no representan un caladero de votos independentista. Así se denunció en el mismo muro del tanatorio donde ahora se arremete contra Endesa. “Vila-roja, sin luces de Navidad por no votar independentismo. Vergonzoso”.
“Bueno, seguimos con los cortes, pero esperando que, al final, se resuelva la auditoría”, explica Pamela quien, precisa que, a pesar del mal servicio y del precio de la luz desbocado, “seguimos pagando, como siempre”.
“Los cortes siguen igual. Yo tengo otra línea y no los he sufrido, pero los que tienen una línea que sube a los pisos sí. La gente está hasta las narices de que cada día ¡cada día! se queden sin luz”, añade a este medio Antoni Cuéllar, dueño de un bar de Vila-roja.
Fondos europeos
Mientras tanto, Madrenas ha propuesto subir la potencia a las familias vulnerables para poner fin a los cortes de luz en esos barrios. De hecho, el Consistorio ya ha presupuestado tres millones de euros y contempla presentar el proyecto a la convocatoria de los fondos europeos. Siempre y cuando, precisa, que la auditoría demuestre que es un problema de mantenimiento.
“¿Eso significa que los vecinos tendrán que pagar más por la luz?”, se pregunta la líder del PSC en el Ayuntamiento de Girona, Sílvia Paneque quien, a finales de julio, pidió al Consistorio el contenido de la citada auditoría para ver qué dice la situación de las instalaciones. “No puede ser que cada verano y cada invierno los vecinos tengan cortes de luz durante horas e incluso días. El año pasado se presentó el plan de sectorialización. Ahora propone el aumento de la potencia. Siempre excusas para no solucionar el problema”, dice la socialista.
Admite Madrenas que ese plan de sectorialización aplicado en las calles Mimosa, Roure, Avellaner y Castanyer del barrio de la Font de la Pòlvora --consistente en aislar herméticamente los fusibles para que no puedan ser manipulados y, en caso de pinchazo, solo saltaría la luz del bloque correspondiente-- ha fracasado. El motivo es que los cortes continúan y que el programa municipal de ayudas para que los vecinos regularizasen sus contadores no han dado el resultado esperado.
La resolución del Parlament
En junio de 2019, el Parlament aprobó por unanimidad una propuesta de resolución sobre el mantenimiento de distribución eléctrica en Girona del PSC, donde se instaba al Govern a exigir a Endesa un plan de mejora de la red eléctrica. La situación sigue igual dos años después.
Precisamente ayer, la compañía emitió un comunicado en el que anunciaba la finalización de los trabajos de reforma y mejora tecnológica de la subestación de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), con una inversión de unos 20.000 euros. El objetivo ha sido "incrementar la seguridad y la calidad del suministro eléctrico" a más de 29.000 clientes de Sant Cugat pero también de Cerdanyola del Vallès, Rubí y Sant Quirze del Vallès (Barcelona).