El PP de Barcelona llama al orden a Bou a dos años de las municipales

Aseguran en el PP catalán que la renovación del equipo directivo que Alejandro Fernández llevó a cabo en mayo marcó un punto de inflexión en un partido lastrado por los malos resultados autonómicos.

Sin embargo, los cambios en las presidencias provinciales y la llamada al orden de los cargos más díscolos ha permitido a la formación popular pasar página de esas pugnas intestinas, cerrar filas y comenzar a preparar las elecciones municipales de 2023.

El caso Bou, en Barcelona, paradigma de esa crisis, ya es historia, explican fuentes de la formación. De nuevo, el área metropolitana será clave en los comicios locales. De ahí que el nuevo presidente de la provincial de Barcelona, Manuel Reyes, haya encendido ya la maquinaria electoral. Ha puesto a trabajar a los 38 concejales de la conurbación. Completan esa renovación Jaume Veray, por Girona; Francesc Ricomà, por Tarragona; y Xavier Palau, por Lleida.

Ruido de sables

Como suele suceder en momentos de crisis, el ruido de sables se apodera de las formaciones políticas. También lo hubo entre los populares catalanes, cuando Josep Bou, presidente del grupo municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, pidió dimisiones en la cúpula del PPC tras las elecciones del 14F. Previamente Bou, que no es militante del PP, había cesado a varios cargos municipales, lo que unido a su supuesto coqueteo con Vox y a su amistad, inmortalizada en una foto, con el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, cuyas relaciones con Fernández no son precisamente estrechas, provocó una profunda crisis en el partido. Las diferencias entre Bou y el concejal del PP Óscar Ramírez son públicas. Hasta el punto de que ambos ediles llegaron a no dirigirse la palabra.

“Pero Bou ha entendido que la unidad es necesaria para afrontar las elecciones locales. Con el enfrentamiento, no ganaremos nada”, explican las citadas fuentes populares. El partido ha ejercido estos años una oposición muy contundente contra la alcaldesa Ada Colau a base de incidir en las debilidades de la líder de los comunes. Están convencidos de que ese esfuerzo será recompensado.

De hecho, una de las primeras actuaciones de Manuel Reyes, exalcalde de Castelldefels (Barcelona), como presidente provincial ha sido reunir a los cargos metropolitanos, así como a los concejales de distrito de Barcelona. El objetivo no es otro que instar a los futuros cabezas de lista a elaborar un plan de trabajo: esto es, analizar la realidad de sus respectivos municipios, determinar cuáles son las principales preocupaciones de sus vecinos y actuar.

"Ganas de carpas"

Dicho de otra manera, la idea es que cada candidato adapte su discurso a las necesidades de su localidad. “Faltan dos años, pero el tiempo pasa deprisa. Tenemos estructura y ganas de salir a la calle. Hay músculo territorial”, explica un dirigente popular. En este sentido, Albiol y Reyes son un ejemplo de alcaldables que han superado las siglas del partido, atrayendo el voto de ciudadanos que nunca habrían votado al PP, pero que valoran su gestión.

En este sentido, el PPC destaca que una de sus fortalezas es su red local, intacta a pesar de la mala experiencia autonómica. Algo que les diferencia de Vox e incluso de Ciudadanos, donde la debacle electoral ha sido más acusada. Los populares, resume el citado dirigente, “tienen ganas de carpas, de estar en contacto con el territorio”. Y de demostrar que son un partido de gobierno. En este sentido, no esconden que la victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas fue un gran revulsivo. Y cuentan con el desembarco de alcaldes populares de toda España para hacer campaña en las municipales.